"Entre Gobiernos y Convicciones" por Dardo Pereira (*)
17-01-2025
"Entre Gobiernos y Convicciones" por Dardo Pereira (*)

Argentina tiene un nuevo gobierno, y lo celebramos. No lo hacemos por opciones partidarias que involucren a la entidad, todo lo contrario. Celebramos el haber encauzado nuestras divergencias en el camino de la democracia y de la alternancia en el poder, aunque nos parece que para esto último  todavía falta bastante.

Ahora bien, nosotros independientemente de los gobiernos, tenemos convicciones que podrían denominarse en un sentido más amplio y genérico: valores. Esto es consignas, conceptos trascendentes, determinaciones, de los cuales no debemos, o no podemos apartarnos. Esto va más allá del poder  de turno, el cual puede tener sus modos, o sus características peculiares, con respecto al rol del estado, o de la incitativa privada.

El gobierno que se fue, era el símbolo de  que todo debía estar en manos del  estado, y eso que no pudo avanzar más, sino la justicia hubiese quedado en sus manos, sino  acordarse de la iniciativa no consumada de votar a los jueces en elecciones generales.

Entonces bajo esta mirada estatista, el estado debía estar presente siempre, siempre. Por ahí se tenía que disfrazar de estado benefactor, o de estado sanitario, o de  estado comerciante, o  de estado educativo, o de estado industrial, o de estado productivo, o de estado publicitario, o de estado cadena nacional obligatoria, o de estado controlador de la vida y la hacienda de cada uno de los ciudadanos. Era una forma de pensar hasta casi disparatada para decirlo suavemente, o al menos fuera de los cánones republicanos. Pero estuvo presente durante mucho tiempo.

Bueno esta claro que ahora viene otro gobierno, con otra concepción del estado, que sin irnos a extremos en las calificaciones, diríamos que se trata de una concepción del estado menos intervencionista, que por filosofía debiera favorecer mas a la iniciativa privada, que no se debiera meter en la vida privada de las personas, que no debiera abusar de las cadenas nacionales, que debiera permitir las exportaciones sin trabas, que no debiera controlar el mercado de cambios, que no debiera regular los mercados, etc., etc. Veremos de aquí en mas como nos va, y como le va  al gobierno con  esta  nueva modalidad.

Ahora bien, en el medio de las dos concepciones están nuestros valores, está nuestra forma de pensar, lo que defendemos en última instancia a pesar de los gobiernos de turno y de sus miradas sobre la realidad del país, y ahí me quiero detener para señalar brevemente lo que no podemos, no debemos, y no estamos dispuestos a negociar.

Libertad de elección

Muy simple de explicar,  el que elige es el ciudadano-paciente con sus pies, y se puede resumir en la expresión, yo paciente elijo  o voy aquí o voy allá. Esto en lenguaje sanitario se llama abrir las puertas para mejorar la accesibilidad al sistema, y constituye una garantía sanitaria. Además  lo establece la Constitución Nacional en su artículo 42.  Constitución reformada que es el resultado de la Convención de 1994, donde aparecen los derechos de tercera generación, y donde se incorpora  también la figura del consumidor, cambiando en cierta medida la vieja figura jurídica de ciudadano, apartándola de  los tiempos de una economía diferente, y de una concepción bajo la órbita neoliberal.

Defensa del Sistema Solidario

Estamos convencidos que la salud y la educación deben ser para todos por igual, que no puede, no debe, es inaudito que exista una salud para ricos y una salud para pobres, o  una educación para unos y una educación para otros. No lo queremos, no es bueno para la ciudadanía. No es bueno para el país.

Está claro que esto es en la teoría, porque en la práctica en líneas generales estamos aún muy lejos de lograrlo cabalmente. Pero en salud  el sistema solidario es el baluarte para que el enfermo se pueda atender, ya que el afiliado sano ha realizado sus aportes.  Esto garantiza una salud equitativa e igualitaria para todos los aportantes y el IOMA constituye su mejor ejemplo.

No al capital concentrado

Defendemos el consultorio de nuestros socios como fuente de garantía de la atención de los pacientes. Nuestros consultorios son  pequeñas PYME, "micropymes" si se quiere,  en donde se realizan servicios de odontología y se generan puestos de  trabajo para los argentinos.

No creemos que las clínicas que prestan  sus servicios y no negamos que tengan el derecho a realizarlos, puedan ser el sostén del sistema solidario. Ese modelo es una referencia que va muy bien con las Empresas de Medicina Prepaga, o con ciertas entidades que están enfrenadas con el modelo solidario.

De tener entrada las clínicas dentales en el sistema solidario generaríamos una enorme confusión y un desplazamiento de la riqueza hacia los grandes capitales concentrados en esas clínicas, dejando a nuestros odontólogos librados a  ser empleados de esas corporaciones o entidades empresariales, cambiando notablemente su rol, ya que  pasaran de ser dueños de su pequeño emprendimiento, a ser  empleados a sueldo de las grandes corporaciones en el campo de la salud.

Esto generaría desigualdad, eso generaría inequidad, esto es la visión del modelo chileno en el campo de la salud.  Esto hace que "el pez grande se coma al chico", pues esto, esto es precisamente lo que no queremos, esto no lo permitiremos en el campo solidario.

Más prestaciones y mejores honorarios

Desde la SOLP esta claro que requerimos y lo hemos hecho siempre, que se incorporen nuevas prestaciones con mejores honorarios.  Hemos logrado en todo este tiempo las prótesis sociales, la categorización, el programa adolescente, las prácticas preventivas, etc., todo esto  para que el paciente no tenga que pagar lo que se denomina "cobro indebido".

Pero también exigimos que la paga sea justa en tiempo y forma, porque  de no ser así, de no abonarse en tiempo y forma, en vez de "cobro indebido" estamos generando una nueva figura, la figura del  "honorario indebido".

Debemos  garantizar que el sistema no se financie con el trabajo  de los  prestadores, en este caso el de los  odontólogos. Porque está claro que si la obra social paga con una tardanza mayor a lo convenida bajo contrato,  que es de 45 días, y si encima existe inflación, quien termina  financiando el sistema es el prestador, que puso su trabajo, pago los insumos directos e indirectos, lo cobrara con aranceles esmerilados por la inflación, pero todavía no percibió los honorarios.

Esto no lo queremos. Queremos el pago justo en tiempo y forma. Queremos  que el sistema funcione para que ninguno de los actores que son básicamente tres se vean perjudicados. El paciente para que reciba las prestaciones y no tenga que pagar. El profesional para que no perciba un "honorario indebido",  y la obra social para garantizar la marcha del sistema.

Podríamos agregar a las entidades responsables de los convenios, que tienen que asegurar que sus prestadores tengan las condiciones habilitantes, éticas y de calidad, para ejercer las prestación de  servicios conveniadas  

Estos son nuestros valores, desde ayer, dese hoy, y desde siempre, y a ellos nos debemos.

(*) Presidente de la Sociedad Odontológica La Plata (SOLP)