15-05-2024
"Obama le hizo la mitad del trabajo a Macri"
Por Belen Marty @belenmarty

El Presidente Mauricio Macri salió jugando. Nada de pelotazos a los delanteros para que la vayan a buscar. Prolijo y con cara de circunstancia el mandatario argentino vivió 48 horas de euforia controlada durante la visita de Barack Obama el pasado 23 y 24 de marzo.

Con sonrisa guionada por el estricto protocolo ambos presidentes decidieron orquestar acuerdos y visiones sobre el emprendedurismo, la innovación, de aumentar el comercio entre ambas naciones, de combatir el narcotráfico, sobre energías renovables y, finalmente, de conmemorar 40 años del golpe militar.

"La importancia de aumentar el comercio entre nuestros países. Y además fomentar pequeñas y medianas empresas que son generadores para el trabajo. Durante 72 meses consecutivos ud ha generado empleo en su país", expresó Macri en su discurso.

Lo más obvio y destacado de la visita de Obama a la Argentina es el hecho de dejar atrás 12 años de aislamiento global. Argentina no se encontraba en las conversaciones comerciales de ningún país. Éramos los expatriados de la aldea global. Y hoy, le guste a quien le guste, nuestro país se transformó en un ejemplo a seguir en la región. Palabras de Obama.

El líder político de Occidente necesitaba, mirando el mapa geopolítico de hoy, un referente republicano en Sudamérica. Necesitaba un presidente que hiciera las cosas de manera razonable. Sin las excentricidades de su antecesora Cristina Kirchner. Sin el liderazgo populista de Michelle Bachelet y el folklore de corrupción y  de Dima Rousseff.

Macri, y junto a él, la Argentina se graduó este 24 de marzo de haber salido del bloque populista de países latinoamericanos. La venida de Obama institucionalizó la salida del populismo regional.

La nuestra de apoyo de Estados Unidos es una palamadita en la espalda a la gestión de Macri. Recordemos que Obama no pisó suelo argentino durante la gestión kirchnerista y aterriza dentro de los primeros 100 días de Macri. Obama tiró la pelota afuera de la cancha para que pudieran atender a los jugadores argentinos penosamente lastimados por años de ineficiencia económica y manoseo político.

La venida del mandatario estadounidense implicó abrirle el juego a Macri para que expliquen qué es lo que necesitan de Estados Unidos. Fue una muestra, clara muestra, de una voluntad de ayudar. Hoy este voluntad de ayudar está reflejada en la salida del conflicto con los holdouts (ya dejamos de lado el concepto de fondos buitre) y dando una mano para que los empresarios de ese país aumenten sus inversiones en Argentina.

El cambio interno 

A nosotros nos interesa eso. O al menos, nos debería interesar. Lo claro entonces con la venida del presidente Obama es un giro de 180 grados en nuestra política exterior con respecto a la gestión kirchnerista. Esto lo hizo sin gradualismos ni a través de cosméticos cambios. Macri se la jugó entera y metió con esta visita un gol de media cancha. No se entiende, entonces, por qué no realiza los cambios económicos necesarios también realizando un giro de 180 grados.

El último miércoles, Alfonso Prat-Gay, ministro de Hacienda y Finanzas, admitió ante la Cámara de Comercio Norteamericana (conocida como AmCham) en la Sociedad Rural que la "inflación es una urgencia" porque "afecta a los que menos tienen".

Y está bien. Ningún país que se considere serio puede tener ni vivir con índices que superan los 20 puntos de inflación caminando (ya hace tiempo que hace estragos en los bolsillos de los argentinos). Pero bajando la actividad de la imprenta de billetes argentinos no es solo la única respuesta para volver el sendero de la normalidad. Con eso solo, logramos un cambio de solamente un 20%.

Otras piezas del cambio necesario para hacer internamente para que el país vuelva a crecer luego de cuatro años son: dejar de imprimir para financiar un inoperante gasto público, el equilibrar las cuentas públicas, flexibilizar las políticas laborales, eliminar totalmente las retenciones, prescindir de buena parte de empleados públicos inoperantes, terminar de ajustar tarifas.

Financiarse externamente será patear para adelante un problema que nos volverá a caer encima sino se corta con el malgasto de los recursos públicos. Como dice José Luis Espert, endeudarnos solo será un atajo para evitar los costos de equilibrar las cuentas públicas y de ajustar los precios relativos (tan distorsionados estos últimos años).

Como en la economía casera no hay que gastar más de lo que entra. Salvando las distancias, endeudarse para seguir yendo al cine y gastar en diversiones no va a solucionar nuestros problemas. La venida de Obama ayudará a que no descarrilemos del mundo, pero Macri debe poner su cuota en el asunto y asegurarse de que el cambio también se produzca internamente. 

Belen Marty. Exclusivo para Cadena BA. 27/03/2016

Periodista,  Lic. en Comunicación Social (Univ. Austral), Maestrando en Economía y Ciencias Políticas (Eseade). Ex corresponsal Cono Sur y Cuba de Pamam Post.