13-05-2024
"La mejor política salarial es la que no existe"
Por Belen Marty @belenmarty

Hace unos días se armó una escandalosa pero silenciosa discusión vía email con unos colegas comunicadores sociales. Un conocido envió una búsqueda laboral para un pasante de comunicación social (o de carreras afines) para una agencia de publicidad. Hasta allí, ningún problema (es común que intercambiemos búsquedas, consejos, contactos), pero todo comenzó cuando una colega se enojó porque la pasantía no era remunerada. ¿Está bien su enojo? Ella decía que nadie debe trabajar gratis. Yo me opuse.

Esbocé una respuesta rápida, para salir del paso mientras me subía a la línea 12 de colectivo. Por supuesto que lo ideal es que te paguen por trabajar, por trabajar de lo que nos gusta, apasiona y nos hace feliz. Todos deberíamos enfocar nuestras energías en llegar a eso. Pero la realidad es que muchas veces tardamos en encontrar nuestra vocación, otras somos conscientes de que somos buenos en algo que nos da de comer (pero no nos vuelve locos de pasión) y otros sabemos que necesitamos capacitarnos, entrenarnos en la vida laboral antes de salir a buscar y ofrecer nuestras habilidades al mejor postor.

El mejoramiento de las condiciones de vida de los asalariados lejos de ser responsabilidad y empuje de los sindicatos y gremios para que creen leyes protectoras es depende, como dice el economista Ludwig von Mises, en la productividad marginal del trabajo (lo que contribuye cada trabajador en la utilidad del producto o servicio).

"La política de permitir que el mercado libre determine el nivel de los salarios es la única política razonable y exitosa de pleno empleo. Si las tasas de salarios sobrepasan dicho nivel, ya sea por medio de la presión y compulsión sindicales o por decretos gubernamentales, se desarrollará entonces el desempleo indefinido de una porción de la fuerza de trabajo potencial", explica el economista, uno de los fundadores de la corriente de economía austriaca.

Por eso, creo en la libertad de cada empleado y empleador de negociar qué es lo que mejor les convenga para ambos. No está de más aclarar que el pasante (en este caso) puede negarse a querer trabajar sin ser remunerado. Pero si, por el contrario, este potencial estudiante de último año decida trabajar seguramente no será gratis para él, él sabrá si su tiempo dedicado en esa agencia de publicidad le rendirá frutos con la experiencia aprendida de sus superiores o compañeros. Seguramente considere que el día de mañana puede conseguir un mejor puesto de trabajo gracias a lo aprehendido durante estos meses de pasante.

De todas maneras, la agencia de publicidad que envió la búsqueda no estaba actuando legalmente. La legislación argentina establece que al pasante se le debe remunerar proporcionalmente el salario mínimo dispuesto según las horas que trabaje.

¿Quién fija los salarios?

El tema con esto es que si bien lo políticos pueden fijar eso por ley (como fijan de hecho también el salario mínimo) no pueden garantizar, por el contrario, el empleo per ser. El salario mínimo y las leyes que exigen una pasantía remunerada terminan perjudicando a quienes suponen proteger (aquellos de escasos recursos y menor entrenamiento).

No es capricho mío o simples habladurías. Es como funciona la economía. La legislación laboral vigente les cierra el camino al empleo formal a miles de argentinos todos los días.

En este sentido, el New York Times publicó una editorial en enero de 1987 con el titulo "El salario mínimo correcto: $ 0,00". Si se les exige a las empresas pagar mayores salarios a gente sin experiencia entonces estas empresas terminarán no contratando a nadie porque contratarlos legalmente les resultará demasiado costoso.

Ya lo decía el premio Nobel de economía Gary Becker: "Hasta un mago tendría dificultad en negar la ley económica que un mayor salario mínimo reduce el nivel de empleo. Como los políticos no son magos, no deben tratar".

José Anchorena, subsecretario de Políticas, Estudios y Estadísticas Laborales, precisó en un artículo publicado en La Nación este domingo que "el proclamado objetivo oficial de la pobreza cero requiere de políticas que ayuden a generar más empleo y de estrategias tendientes a la inclusión y contención".

El desempleo no se da por un solo factor. Sin embargo, estamos en condiciones de asumir que la única política de empleo que puede llegar a aumentar el empleo y la inclusión es la que no existe. Las políticas estatales que existen en relación al mercado laboral son detrimento del bienestar de aquellos a los que buscan beneficiar. 

Belen Marty. Exclusivo para Cadena BA. 20/03/2016

Periodista,  Lic. en Comunicación Social (Univ. Austral), Maestrando en Economía y Ciencias Políticas (Eseade). Ex corresponsal Cono Sur y Cuba de Pamam Post.