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"El Estado debe dejar de financiar al cine" | |||
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La pregunta es muy sencilla: ¿Debe el Estado nacional subsidiar la cultura? Y más especÃficamente ¿debe fomentar la industria cinematográfica? El reconocido director de cine argentino Daniel Burman aseguró en una entrevista publicada el domingo en InfoBAE asegura que nunca se dejó de apoyar al cine y que por eso hoy el cine es patrimonio nacional en el mundo. Yo, por el contrario, creo es una "nefasta" polÃtica estatal. Y voy a explicar por qué. Me encanta el cine. Cuando lo permite el bolsillo voy dos veces al mes. Pero asà como yo voy tan seguido, hay miles (sino millones) de otros argentinos que van una vez cada seis meses, o hay algunos que jamás pisaron una sala. Muchos porque no pueden costear el programa o porque simplemente no les interesa ese espectáculo. Preferirán ir al teatro, quedarse viendo una pelÃcula en sus casa o ir a ver el domingo a su cuadro favorito en la cancha. Todas ellas son razones válidas, entendibles y respetables. Ahora: ¿es moralmente justificable que el Estado gaste millones de pesos al año en subsidiar pelÃculas que muchas veces van solo un puñado a ver? ¿Está bien que el trabajador de Catamarca le pague con sus impuestos a un grupo de empresarios cinematográficos por realizar pelÃculas que quizás ni siquiera se entere que están en cartelera? "El apoyo desde el Estado al cine argentino nació con la sanción de la Ley de Cine, que estuvo impulsada por Luis Puenzo y un grupo de directores de cine: es importante no olvidarlo. Por eso, fue una de las pocas polÃticas de Estado que han tenido continuidad, con vaivenes y matices. Hasta en los años de más extremo liberalismo hubo apoyo al cine desde el Estado", precisó Burman. Ya en septiembre del 2015, una de las últimas medidas en esta industria de Cristina Kirchner fue aumentar entre un 27 y un 28% los subsidios destinados a la producción de pelÃculas argentinas. Y claro, todo subÃa, debÃa subir también la porción de subsidios a estos artistas. "En ese marco, y a los fines de garantizar mayor celeridad y dinamismo al fomento y producción de pelÃculas nacionales de largometraje, resulta necesario establecer un nuevo tope máximo a otorgar en concepto de subsidio a las pelÃculas nacionales de largometraje", dice el texto del decreto presidencial. Además, destaca que se les otorga mayores recursos a las pelÃculas de "interés especial". Eso ya llamó mi atención y me puse a pensar: ¿interés para quien? O los intereses de los burócratas asignadores de recursos de todos los contribuyentes son los mismos que los mÃos? Pues bien, según Ley de fomento de la actividad cinematográfica nacional (publicada durante la Revolución Argentina) "se considerarán pelÃculas de interés especial las que sirvan a la difusión del patrimonio cultural de la Nación, mediante la exaltación de valores morales, históricos, educativos o comunitarios y sean de indudable calidad cinematográfica". Entre las pelÃculas de interés nacional y las que no, solamente en diciembre las arcas estatales desembolsaron más de $34.373.092. Entre las pelÃculas que más recibieron están: "Papeles en el viento" ($1.000.000), "Indio y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado" ($1.000.000), "Locos sueltos en el Zoo" ($1.000.000), "Jauja" ($1.000.000) y "La Hija" ($1.453.532,83). Estemos o no estemos de acuerdo en subsidiar, la vean 1 millón de espectadores o la vean solo 13, el Estado elije por todos nosotros a qué pelÃculas reciben plata de todos los argentinos y cuáles no. Justamente en algo tan sensible como es la cultura. En 2011 el entonces Secretario de Cultura de la Nación expresó: "Nosotros estamos a favor de que el Estado fomente las expresiones culturales propias". Si esa es la intención la pregunta serÃa dónde parar: ¿porque ciertas pelÃculas sà y ciertas no? ¿por qué ciertas expresiones artÃsticas y ciertas no? Y yendo más allá: ¿quién decide si es arte o no? Como todas esas preguntas son difÃciles de contestar (y además muchas veces no tienen respuesta porque terminan beneficiándose aquellas productoras amigas del poder) lo mejor es que cada cual "subsidie" con su bolsillo a aquellas expresiones artÃsticas que más le gusten. Los clientes, la audiencia, los consumidores son los socios que en silencio acompañan a cada artista, a cada productor, empresario y distribuidor. Además de cada cual, existen entidades privadas que ayudan a todo tipo de arte como pueden ser fundaciones, universidades privadas y herencias. Hubo miles de artistas que trabajaron para solventar su arte y consiguieron ser exponentes sin un centavo del Estado. La escritora Jane Austen vivió del dinero de su familia, James Joyce enseñaba idiomas, T.S. Elliot trabajó para Lloyd's Bank, el pintor posimpresionista Paul Gauguin fue corredor de bolsa, William Faulkner trabajó en una usina eléctrica en un principio y después como guionista de Hollywood. Asimismo, Vincent van Gogh se solventaba gracias al apoyo de su hermano. El Estado no está para decidir en qué producciones se invierte y en cuales no simplemente porque no tiene esa información para poder tomar decisiones. Esa información recae en los 42 millones de argentinos que decidimos con nuestro poder de compra dónde queremos que llegue cada centavo ganados con el sudor de nuestra frente. Por supuesto, todo ello serÃa más fácil si el mismo Estado no hiciera tan complicado arrancar con un proyecto artÃstico (desde la complejidad de poder importar productos competitivos pasando por los altos impuestos y trabas burocráticas). Grandes obras maestras se han hecho sin la ayuda del Estado. Muchos se benefician a costa del resto de las industrias (que no reciben nada) y a costa del ciudadano de a pie que termina financiando grandes proyectos que no le interesa (o no puede) ver, escuchar o asistir. Belen Marty. Exclusivo para Cadena BA. 7/02/2016 Periodista, Lic. en Comunicación Social (Univ. Austral), Maestrando en EconomÃa y Ciencias PolÃticas (Eseade). Ex corresponsal Cono Sur y Cuba de Pamam Post. |