"Para vencer la corrupción, hay que prevenirla" por Margarita Stolbizer (*)
16-01-2025
"Para vencer la corrupci贸n, hay que prevenirla" por Margarita Stolbizer (*)

Las pol铆ticas p煤blicas dise帽adas e implementadas para combatir la corrupci贸n se han basado casi exclusivamente en medidas de persecuci贸n y sanci贸n. Se buscaba erradicar este mal a partir de la penalizaci贸n. Sin embargo, ese paradigma ha ido cambiando hacia uno nuevo, basado fundamentalmente en la prevenci贸n, que fue plasmado en el texto de la Convenci贸n de las Naciones Unidas contra la Corrupci贸n (Cnucc).

Eso tiene algunas explicaciones. Por un lado, el combate de la corrupci贸n desde la mera perspectiva penal no ha logrado reducir los delitos ni los 铆ndices de percepci贸n. No se trata de descuidar la aplicaci贸n de las leyes ni de no contar con un r茅gimen punitorio para sancionar a las personas que cometan delitos de corrupci贸n, sino de contar adem谩s con medidas adecuadas para evitarlos. Los avances en materia de estudio y trabajo sobre corrupci贸n muestran que existen otros actos que deben ser tipificados y, por tanto, necesitan una bater铆a de medidas, entre las que se encuentran el acceso a la informaci贸n p煤blica, un nuevo r茅gimen de declaraciones juradas patrimoniales de los funcionarios y la regulaci贸n del conflicto de inter茅s. Se trata de contar con una mirada sist茅mica del fen贸meno de la corrupci贸n y de entender que, adem谩s de ser un delito entre individuos, tambi茅n es un problema organizacional y que ataca a las estructuras del Estado.

El instrumento de observaci贸n y an谩lisis y los efectos difieren en uno y otro caso.

El paradigma represivo analiza la realidad con un microscopio, tratando de escindir de ella un caso concreto, delimitado, preciso, con el objeto de descargar sobre su responsable, una persona individual, una sanci贸n.

El paradigma preventivo, en cambio, analiza la realidad macrosc贸picamente, tratando de identificar pr谩cticas y acciones que permitan el desarrollo de m煤ltiples y repetidos casos de corrupci贸n.

Seg煤n el 铆ndice de percepci贸n de la corrupci贸n elaborado por Transparencia Internacional en 2014, la Argentina se ubica en el puesto 107 de 175 pa铆ses, con una nota de 3,4 puntos (el 0 indica el pa铆s percibido como m谩s corrupto y 10, como el m谩s transparente). Los indicadores de gobernabilidad del Banco Mundial arrojan datos similares: nuestro pa铆s tiene un puntaje promedio de -0,41, en una escala que va de -2,5 a 2,5, y en la que los valores positivos indican un mejor control de la corrupci贸n. La persistencia de este escenario est谩 relacionada con la ineficacia o ausencia de pol铆ticas de lucha contra la corrupci贸n.

Existen condiciones que favorecen esa mala pr谩ctica. En 谩mbitos oscuros, con poco control de los actos de gobierno y las transacciones entre el sector p煤blico y el sector privado, los delitos de corrupci贸n tienen m谩s posibilidad de 茅xito frente a condiciones transparentes y reguladas. El tr谩fico de influencias, el lobby ileg铆timo, el enriquecimiento il铆cito o los conflictos de inter茅s ocurren cuando no existe luz ni control.

La corrupci贸n impacta negativamente en el desarrollo y los derechos de las personas. En contextos opacos y poco transparentes se produce un c铆rculo vicioso entre discrecionalidad, impunidad, corrupci贸n, peor distribuci贸n; implica desperdicio y desv铆o de recursos p煤blicos y crea incentivos negativos. La consecuencia es un Estado menos transparente e inexorablemente menos justo.

El acceso a la informaci贸n p煤blica es una herramienta fundamental para la prevenci贸n y lucha contra la corrupci贸n. Los pa铆ses de la regi贸n han avanzado en la sanci贸n de normas para regular este derecho reconocido mundialmente y han incorporado medidas de transparencia activa y gobierno abierto para facilitar la participaci贸n ciudadana y la democratizaci贸n de la informaci贸n en poder del Estado.

En la Argentina no se ha avanzado en el dise帽o e implementaci贸n de pol铆ticas de prevenci贸n y lucha contra la corrupci贸n. Somos un pa铆s excepcional por no tener una ley que garantice el derecho humano de acceso a la informaci贸n.

Los principales organismos de control atraviesan desde hace m谩s de 10 a帽os un proceso de desarticulaci贸n, desfinanciaci贸n y vaciamiento de funciones.

El Poder Judicial de la Naci贸n, como instancia investigaci贸n y penalizaci贸n, atraviesa una situaci贸n delicada, con sospechas de falta de independencia, trampas en los concursos y presiones de todo tipo como parte del intento permanente de cooptaci贸n de sus miembros. Un estudio de la Asociaci贸n por los Derechos Civiles da cuenta de que m谩s del 18% de los jueces son subrogantes y no fueron designados por el procedimiento constitucional, afectando la independencia del Poder Judicial y por lo tanto del debido proceso.

Las causas por delitos de corrupci贸n no se resuelven r谩pidamente. Un estudio elaborado en 2012 por la Asociaci贸n Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) junto con el Centro de Investigaci贸n y Prevenci贸n de la Criminalidad Econ贸mica (Cipce) y la Oficina de Coordinaci贸n y Seguimiento en materia de delitos contra la Administraci贸n P煤blica muestra que la duraci贸n promedio de las causas es de m谩s de 11 a帽os. La demora en la resoluci贸n judicial no s贸lo impide el castigo, sino que provoca descreimiento social y aumento de la impunidad por falta de penalizaci贸n.

Las pol铆ticas de prevenci贸n y lucha contra la corrupci贸n requieren voluntad pol铆tica. Sin ella, cualquier buena intenci贸n naufraga en el desinter茅s por transparentar la informaci贸n del Estado y castigar el delito.

Frente a la ausencia de esa voluntad para llevar adelante transformaciones en materia de transparencia, avanza la vieja cultura de funcionamiento del Estado arraigada en la administraci贸n p煤blica: secreto, oscurantismo, recelo frente a la participaci贸n ciudadana.

Se necesita promover mecanismos de acceso a la informaci贸n p煤blica, transparentar los procesos, regular el lobby, controlar las compras y contrataciones del Estado y la distribuci贸n de los fondos p煤blicos, especialmente a trav茅s de subsidios o fondos reservados. Y una ciudadan铆a activa, que participe responsablemente y se involucre en la demanda y el control.

La agenda de transparencia y prevenci贸n de la corrupci贸n requiere pol铆ticos y funcionarios comprometidos y capaces de transformar las realidades en las cuales hoy est谩n sumergidos los organismos de control, a los que se debe asegurar absoluta autonom铆a e independencia del poder.

Instituciones fuertes, un correcto funcionamiento del Estado de Derecho, independencia de los poderes, gobiernos y sociedades decentes son imprescindibles para evitar que se abra la grieta por donde inexorablemente se cuela el crimen organizado. Nos vienen ganando esa pelea, pero estamos a tiempo de reparaci贸n.

(*) L铆der del GEN.

Nota publicada por el OCIMISS