Las voces más fuertes fueron la del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que pidió elecciones internas en el peronismo para determinar quién conducirá de ahora en más; y después el intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, diciendo que él pertenece al PJ y no tiene "nada que ver con el Frente para la Victoria". Frente a esta rebelión en la granja, el hijo de la ex jefa de Estado y diputado nacional, Máximo Kirchner salió este lunes a pedir que "debe quedar claro que la conductora sigue siendo ella".

"Creo que tienen que hacer la lectura correcta de la plaza del 9. Cuando hablamos de territorio, la plaza del 9 expresa territorio y estructura, eso es lo claro", dijo Máximo.

El diputado por Santa Cruz estimó que "el peronismo irá encontrando el modo de reorganizarse" pero manteniendo y defendiendo "el liderazgo" de CFK.

En ese sentido, insistió en que a su entender "el espacio lo conduce Cristina Kirchner, esto se vio el 9", como claro mensaje a los dirigentes oficialistas díscolos que comenzaron a plantear objeciones al liderazgo de la ex jefa de Estado y comenzar un proceso de revisión de cómo se procedió en el último gobierno para cosechar el rechazo en los comicios.

El diputado líder de La Cámpora recordó que "cuando uno ve la conformación del gobierno de Cristina, se da cuenta de que estaban todos (los sectores) representados".

Agregó que "cuando ves la plaza (del 9 de diciembre) te das cuenta que el kirchnerismo es muy heterogéneo en su composición" que sólo el peronismo que se arroga el derecho de pedir una discusión interna.

Para cerrar la discusión sobre el frente opositor que antes estaba en el gobierno, Máximo consideró: "Para conducir al peronismo hay que trascender. Si no, va a nacer un peronismo chiquito. Lo que hay que hacer es un Frente para la Victoria grande que incorpore muchas más visiones, que sea incluyente y policlasista. Si no, vamos a terminar como un partido chiquitito, que es lo que necesita este gobierno".