28-04-2024
28-07-2011 | Conmoción en el interior
“Cuando el pueblo habla, hay que escucharlo y saber leer lo que nos dice”

Tras la marcha de vecinos de la localidad de Ayacucho conmovidos por la muerte de una beba de tres meses en un intento de asalto, diputado denarvaísta aseguró que "cuando el pueblo habla, hay que escucharlo y saber leer lo que nos dice".

Tras la marcha de vecinos de la localidad de Ayacucho conmovidos por la muerte de una beba de tres meses en un intento de asalto, el diputado denarvaísta oriundo de Dolores, Ramiro Gutiérrez, aseguró que "cuando el pueblo habla, hay que escucharlo y saber leer lo que nos dice".

 

"Estas manifestaciones genuinas donde se reúnen los vecinos de los distritos del territorio bonaerense hablan a las claras de que la gente está enojada. Ayer, los vecinos de Ayacucho reclamaron por un hecho que la justicia está investigando, pero el enojo sigue latente y no cesa", opinó. 

 

Asimismo, el presidente del bloque denarvaísta en la Cámara baja bonaerense sostuvo que "la inseguridad tiñó por completo todas las ciudades y pueblos de la provincia de Buenos Aires y la responsabilidad del Estado sigue ausente". "Con meros anuncios no se combate a la delincuencia", dijo.

 

Así, el legislador de la quinta sección electoral se sumó al descontento que vive la localidad de Ayacucho, donde cerca de 4000 vecinos salieron a la calle a reclamar por la ola de inseguridad que se vive en la ciudad intensificada ante el intento de robo en una vivienda.

 

Pidió además dejar actuar a la Fiscalía y aguardar los resultados finales de la autopsia para esclarecer el hecho.

 

En tanto, consideró que ni "el gobernador Daniel Scioli ni el ministro de Seguridad Ricardo Casal pueden garantizar la paz de los bonaerenses; no para la delincuencia, la droga sigue circulando y la ciudadanía lo sabe, por eso sale a la calle a reclamar por sus derechos".

 

Finalmente, el diputado Gutiérrez recordó dos episodios similares en la región donde la población salió a las calles a manifestarse: el primero fue en General Madariaga, en el 2003, donde el asesinato de un joven originó una revuelta popular y produjo la intervención de la comisaría y la destitución del jefe de la fuerza.

 

El otro antecedente lo vivió la ciudad de Dolores, cuando en 1998, un policía mató a un nutriero de 19 años y el pueblo dolorense se levantó a reclamar seguridad y tomó el Palacio de Tribunales de la ciudad.