“Brujo” de Duhalde: “gana Scioli” y “Cristina también tiene una bruja"
15-07-2025
26-07-2015 | Esoterismo político
“Brujo” de Duhalde: “gana Scioli” y “Cristina también tiene una bruja"
Por Eduardo Capdevila.- Manuel Salazar, quien pasó a la posteridad por haber un conjuro para que Duhalde llegara a la presidencia, rompiendo un supuesto hechizo de una bruja de Tolosa que afectaba a los gobernadores bonaerenses, arriesgó sobre el destino político argentino. Triunfo de Scioli y traiciones en puerta. CFK, tiene una bruja recomendada por Andrea del Boca.

Cuenta haber hecho un talismán con sangre de Daniel Scioli en 1999. El mismo año en que se hizo famoso por el conjuro para que Eduardo Duhalde llegara a la presidencia. En la noche de San Juan de ese año, caminó sobre brazas que tiró en la piedra fundamental de La Plata y caminó con rezos y sortilegios en sentido de las agujas del reloj; así dijo haber roto el hechizo de una bruja de Tolosa contra los gobernadores bonaerenses, que nació a pedido de Julio A Roca contra Dardo Rocha en tiempos de guerras fraticidas; dos años después, el mandatario se convirtió en el primer bonaerense en llegar a la jefatura de Estado. 

A 16 años de aquel "destrabe", Manuel Zalazar, llamado desde entonces "el brujo de Duhalde" en La Plata y esferas de poder, unió ambas historias y pronosticó, en diálogo exclusivo con CadenaBA, el triunfo de Scioli y "un camino sinuoso de traiciones de las que este último saldrá airos"o. Como cuando lo levantó de una caída e hizo el talismán con su sangre.

La relación entre políticos y brujería se sostiene en la creencia de que hay poderes superiores e imperceptibles que pueden ayudar a conducir los destinos de un pueblo. Una forma macondiana y de pensamiento mágico que enrarece la política, ya complicada por las instituciones que legitiman a los conductores y los grupos de poder económico, de propaganda y creencias que condicionan el desarrollo de los acontecimientos. Como dice el gran Luis Landriscina, "uno no cree en las brujas, pero que las hay las hay".

"El negro" Manuel, como se lo conoce, suele tratar con personajes oscuros que practican trabas, sanaciones, amarres, etc. Pero reprocha ese tipo de prácticas. El trabaja lo que llama "psiquismo" o lectura de las fuerzas que "trascienden lo aparente" y "la gente no sabe o no ve". La única que vez que apeló a la sugestión colectiva fue aquella noche de San Juan de 1999, cuando en un predio de Altos de San Lorenzo recorrió descalzo y rezando un largo camino de brazas encendidas sin quemarse; después tomó cenizas que fueron llevadas a la piedra fundamental de La Plata, donde completó la ruptura del "conjuro" que impedía los gobernadores bonaerenses llegar a la presidencia.

Escasas veces usa un lenguaje críptico para hablar de ese "más allá" con el que supuestamente los brujos dialogan. Entiende la política como "una estructura" piramidal de poder con redes enlazadas entre sus actores, en la que "hasta los más críticos son dominados porque cumplen una función de victimizar al dominador para que se consolide lo que está".

Desde ese lugar, con sus orígenes de afiliación en el partido radical pero luego volcado a la militancia barrial junto al peronismo de base, Salazar analizó y pronosticó el futuro a corto y mediano plazo. La definición más fuerte es el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, llegará a la presidencia "ganando después de un ballotage" y una vez en la jefatura de Estado "lo van a querer voltear los mismos que por conveniencia lo coronaron candidato".

Hasta ahí no dice nada que no coincida con las encuestas y el esquema ideado para cercar a Scioli: uno de los grandes arquitectos del oficialismo de vicepresidente, mayoría de legisladores no propios en el Congreso y la pretensión del kirchnerismo de que el próximo gobierno "dé más institucionalidad" y fuerza al parlamento (según palabras del diputado Carlos Kunkel, de la mesa chica K).

Pero lo interesante viene cuando pronostica que a más tardar a un año después de la llegada de Scioli, se desata "un juego de traiciones". La primera será el intento "de querer voltear al presidente" por parte del kirchnerismo, para "sostener su identidad y volver", pero "no podrán". Es más, arriesga que Carlos Zannini, el hipotético futuro vicepresidente "va a desaparecer en dos años".

Comparó al "Chino" a cargo de la Secretaría Legal y Técnica con Gabriel Mariotto, quien fue puesto para acompañar a Scioli como vicegobernador "y le dieron plata para tirar y hacer campaña en toda la provincia en contra del gobernador y terminó rendido y escondido en la oscuridad" de la lista de candidatos a legisladores del Parlasur.

"Eso le pasa a las personas oscuras sin luz propia cuando quieren enfrentarse a quien tiene la luz para llegar al pueblo", sostuvo, para luego lanzar una afirmación enigmática: "aparte Scioli no está solo para llegar arriba, hay alguien que está esperando eso y los kirchneristas lo saben por eso le quieren hacer cosas pero no van a poder". Manuel no da el nombre de ese "alguien" que aguarda como ajedrecista.

Pero a los conocedores de la política no les costará llenar los puntos suspensivos respecto a los dicho de Salazar.  "Cristina y el gobierno quieren desactivar todas las causas judiciales y ocupar los juzgados para evitar lo que se viene", porque "todo se paga y ella sabe que llegó por una gran traición y después sólo manejó una estructura heredada" de Néstor Kirchner, explicó.

Cristina no duerme

Tomás Eloy Martínez cuenta en "La novela de Perón", que el General tenía la capacidad de dormir 10 minutos y sentir en su cuerpo el descanso de casi una noche; de ahí lo común de verlo trabajar sin descanso y gestionar a cualquier hora. Sin embargo, la otra cara de esto es que a mayor poder mayor responsabilidad y temores por las intrigas palaciegas.

En esto coincidió Salazar al analizar la situación de Cristina Fernández de Kirchner. "Sé que ella no duerme, se nota al verla, su mirada, sus palabras y errores. Porque quiere infundir miedo pero a veces da lástima", aseveró.

Esta dualidad "se traslada a la forma de ser de ella, siempre perseguida de su entorno", y agregó: "cuando en un mensaje habla contra alguien de afuera lo está haciendo internamente para dar miedo, eso es persecución interna proyectada".

La bruja de CFK

En los últimos días se instaló el debate sobre la relación de los políticos que aspiran a suceder a Cristina Fernández de Kirchner con supuestos parapsicólogos. El caso más comentado fue el de Mauricio Macri, quien fue víctima de la falacia del periodismo, que tituló consultaba una "bruja" cuando en realidad iba a una maestra budista que enseña meditación. La asociación de técnicas milenarias de elevación espiritual con la brujería fue replicada por la militancia kirchnerista para burlarse del líder del PRO, sin reparar en la contribución a la ignorancia que cometían.

Esto disparó la revelación de que Macri inclusive habría ido tiempo atrás a una chamán, parapsicóloga conocida de Ecuador. Y para contextualizar no faltaron los recuerdos de las visitas permanentes de Carlos Menem a una tarotista y vidente cuando fue presidente en los 90 y otros se fueron más atrás a las prácticas esotéricas que rodearon a José López Rega durante el gobierno de Isabel Perón, que le merecieron el apodo de "el brujo".

Volviendo a estos días, nada se dijo en los medios de que la Jefa de Estado haya recibido o este recibiendo la asistencia de brujería. Ahí es donde Manuel Salazar contó de que,"efectivamente ella como tantos otros líderes tiene una bruja que la ayuda".

En este caso, aportó el dato de que "fue la actriz Andrea del Boca la que le acercó el contacto con esta bruja a la Presidenta y comenzó a trabajar con el apoyo de ella".

El psíquico platense explica que por la supuesta acción de la mencionada bruja, la Presidenta adquirió la fortaleza para que "la realidad no la penetre y todo se centre sobre ella misma", motivo por el cual "ninguno de los problemas que existen afectará su psiquis y emociones, es mentirosa y compensa su debilidad con la autorreferencia de forma extrema, su imagen y mantener el poder"

Esto le permite a la mandataria "mostrarse disociada de la realidad pero firme, siempre enérgica y enojada", lo cual "hace que en un país presidencialista todos los que reportan a su estructura le tengan miedo, pero lo que es peor el pueblo hoy tiene miedo, ella dice ser feliz con el pueblo en la calle pero les advierte a todos que están controlados y deben temerle", diagnosticó Salazar.

Con tono irónico, recordó que en 1999 hizo un trabajo contra "el conjuro de una bruja de Tolosa" localidad de La Plata donde "casualmente nació la Presidenta, que siempre dice que es una bruja y dijo que hay que tenerle miedo a Dios y un poco a ella".

El talismán naranja

Corría el año 1999. Se consolidaba la recesión comenzada dos años antes; pero ni Duhalde ni Fernando De la Rúa se animaban a plantear la salida del 1 a 1. En uno de los actos del entonces gobernador, se armó una corrida de funcionarios y Scioli, quien por entonces era diputado nacional, se dio la cara con una ventana y trastabilló; atrás lo sostuvo un hombre, con el que el legislador cruzó risas antes de levantarse y seguir. El "salvador" sacó un papel de su bolsillo, limpió un hilo de sangre de Scioli que había en el vidrio y se lo guardó, ante la mirada de extraña de algunos testigos. Ese hombre era Manuel Salazar, quien poco después sería llamado "el brujo de Duhalde".

La anécdota, difícil de probar sin la versión del propio Scioli, es contada de forma convincente por Salazar. Pero lo más enigmático es lo que sigue. El psíquico relata que hizo un trabajo guardando en una bolsita el papel con la sangre y habérselo dado como talismán a un familiar, que luego de esto tuvo prosperidad en distintos ámbitos de la vida hasta que perdió el implemento y empezó a sufrir adversidades.

"Por eso con Scioli tengo una cuestión particular. Lo veo llegando y superando adversidades, con paz interior. Es el único que le garantiza a Cristina la continuidad de la estructura y lo eligió. El tiene llegada al pueblo, mientras que ella tiene el dinero y el poder, lo cual sumado a la soberbia la alejan del pueblo y la relacionan sólo con el miedo. En contexto de crisis social como vivimos, tener a la gente sumida en el miedo y controlados por el dinero, no se sostiene. Un día se termina y Scioli va a hacer que termine.", enfatizó Salazar.

Scioli es el herido que sigue; el cercado que resiste; el sobreviviente de los '90 que da garantías a quienes lo combatieron. Una paradoja en sí mismo, capaz de reinventarse como sus adversarios. Y según "el Brujo" de Duhalde, este último viejo compañero del mandatario en largas partidas de ajedrez,  el próximo presidente.