01-05-2024
"Argentina muestra a Grecia que hay vida despu茅s del impago" por Joseph E. Stiglitz y Martin Guzman (*)

Cuando comenz贸 la crisis de Grecia, cinco a帽os atr谩s, Europa extendi贸 su mano en se帽al de ayuda. Sin embargo, difer铆a mucho del tipo de ayuda que uno hubiera deseado; difer铆a mucho de lo que cabr铆a esperar si se hubiera producido al menos con una pizca de humanidad, de solidaridad europea.

Las propuestas iniciales, de hecho, resultaban beneficiosas para Alemania y otrosrescatadores, que se aprovecharon de la angustia griega al aplicarle una tasa de inter茅s mucho, much铆simo m谩s alta que el coste de su capital. A煤n peor, impusieron condiciones a Grecia --cambios en sus pol铆ticas macro y micro-- que deb铆an cumplirse a cambio del dinero.

Esta condicionalidad era una parte est谩ndar de las pr谩cticas prestamistas del FMI y del Banco Mundial. Como era costumbre, cuando impusieron estas condiciones ten铆an poco conocimiento de los mecanismos reales de la econom铆a y, como era tambi茅n frecuente, hab铆a m谩s que un peque帽o atisbo de intencionalidad pol铆tica mezclado en las exigencias. En ocasiones se percib铆a un elemento de neocolonialismo: los viejos europeos blancos que le dec铆an de nuevo a sus antiguas colonias qu茅 deb铆an hacer. M谩s a menudo de lo que deb铆a ser, las pol铆ticas no cumpl铆an con su funci贸n. Hab铆a enormes discrepancias entre lo que los expertos occidentales preve铆an y lo que sucedi贸 en realidad.

De alguna forma, uno podr铆a esperar algo mejor de la Eurozona, ese compa帽ero de Grecia. Pero las exigencias eran de un marcado car谩cter intrusivo, y las pol铆ticas y los modelos eran de un marcado car谩cter err贸neo. La disparidad entre lo que la Troika pens贸 que pasar铆a y lo que ha ocurrido ha sido impactante; y no porque Grecia no hiciera lo que se le mand贸, sino precisamente porque lo hizo y porque los modelos eran muy err贸neos. Mucho.

Por fin, despu茅s de a帽os de chantaje a Grecia y de insaciables exigencias de austeridad que han conducido a una depresi贸n econ贸mica catastr贸fica, la Troika ha conseguido empujar al pa铆s al abismo del impago.

La situaci贸n guarda algunas similitudes importantes con el impago de Argentina de 2001, y algunas diferencias tambi茅n. En ambos pa铆ses, las recesiones degeneraron en depresiones como consecuencia de las pol铆ticas de austeridad, haciendo la deuda cada vez m谩s insostenible. En ambos casos, las medidas que se aplicaron fueron impuestas como condici贸n para recibir la ayuda. Ambos pa铆ses aplicaron unos planes monetarios r铆gidos que les cerraba la posibilidad de aplicar pol铆ticas de expansi贸n monetaria durante la recesi贸n. En ambos pa铆ses, el FMI estaba equivocado, al proporcionar previsiones alarmantemente imperfectas sobre las consecuencias de las pol铆ticas impuestas. El desempleo y la pobreza se dispararon, y el PIB se derrumb贸. De hecho, hay incluso una similitud llamativa entre la magnitud de la ca铆da en el PIB y el incremento de los 铆ndices de desempleo.

En Argentina, el paro juvenil se agudiz贸 en particular, y permaneci贸 en niveles altos durante varios a帽os. La falta de oportunidades min贸 la motivaci贸n de los j贸venes y result贸 en un inmenso derroche de talento entre millones de ellos. Con un porcentaje de paro juvenil rayano al cincuenta por ciento en Grecia, la historia se desarrolla de forma similar.

La suspensi贸n de pagos es dif铆cil. Pero la austeridad lo es a煤n m谩s. La buena noticia para Grecia es que, como demostr贸 Argentina, podr铆a haber vida despu茅s del impago.

La historia que condujo al impago de Grecia nos recuerda una y otra vez esas importantes lecciones sobre la gesti贸n de crisis de deuda soberana que ya deber铆amos haber aprendido en ocasiones anteriores. La primera lecci贸n es que no hay mejor铆a en la capacidad de pago de una deuda sin que se produzca una recuperaci贸n econ贸mica. Al mismo tiempo, no hay recuperaci贸n econ贸mica sin una restauraci贸n de la sostenibilidad de la deuda.

Tanto en Argentina como en Grecia, para restaurar la sostenibilidad de la deuda hac铆a falta una profunda reestructuraci贸n de la deuda soberana. En ambos casos, llevar a t茅rmino una buena reestructuraci贸n de la deuda, una reestructuraci贸n temprana, suficientemente profunda, que condujera a una recuperaci贸n econ贸mica con acceso a los mercados de cr茅dito internacional, ha resultado una tarea quijotesca. Esta situaci贸n no se debe a ninguna falta por parte de los pa铆ses, sino a las deficiencias en los marcos dentro de los que las negociaciones se llevaron a cabo.

En ambos casos, las instituciones crediticias hac铆an parecer que la sostenibilidad pod铆a recuperarse a trav茅s de ajustes estructurales. Bajo una intensa presi贸n, los programas que se impon铆an eran aceptados e implementados, pero obviamente no funcionaron. El intercambio de fondos de rescate --fondos que se usaban sobre todo para pagar a los mismos acreedores que los suministraban-- por ajustes (y por las promesas de otros ajustes mayores) provoc贸 un debilitamiento de la econom铆a cada vez mayor. En el caso de Argentina, despu茅s de a帽os de sufrimiento, las poblaci贸n se ech贸 a las calles.

En ambos casos, el p谩nico en los sistemas bancarios termin贸 con una congelaci贸n parcial de los dep贸sitos bancarios que, en el caso de Argentina, desat贸 una crisis bancaria total y en una conversi贸n de dep贸sitos en divisas extranjeras a la divisa dom茅stica, lo que condujo a una re-estructuraci贸n de las obligaciones internas (con un gran coste para los ahorradores nacionales). En Grecia, las consecuencias a煤n est谩n por ver.

Los contratos de deuda son intercambios voluntarios entre acreedores y deudores. Se producen en un contexto de incertidumbre: cuando el deudor promete reembolsar una cierta cantidad en el futuro, todo el mundo entiende que la promesa est谩 supeditada a la capacidad del deudor para reembolsar el dinero. Hay riesgos, y son la raz贸n por la que los acreedores exigen una compensaci贸n m谩s grande (铆ndices de inter茅s m谩s alto) que si estuvieran haciendo un pr茅stamo libre de riesgos.

Las re-estructuraciones de deuda son una parte necesaria de la relaci贸n entre prestamista y prestatario. Han tenido lugar cientos de veces y continuar谩n sucediendo. La forma en que se resuelven determina el tama帽o de las p茅rdidas. Una mala gesti贸n de una crisis de deuda, como la gesti贸n que exige pol铆ticas de austeridad durante una recesi贸n --a pesar de las pruebas te贸ricas y emp铆ricas que demuestran que la austeridad en per铆odos recesivos s贸lo ahonda en la recesi贸n-- acarrean inevitablemente p茅rdidas mayores y un mayor sufrimiento.

Aquellos que se salvan en los rescates (como los bancos alemanes y franceses en el caso de Grecia) normalmente aducen riesgos morales como raz贸n para evitar una re-estructuraci贸n de la deuda. Declaran que crear铆a incentivos perversos; otros deudores pueden estar m谩s inclinados por el abuso de los pr茅stamos al no devolver el dinero. Pero los riesgos morales son un cuento de hadas. Tanto Argentina como Grecia ya hab铆an pagado un precio muy alto por sus problemas de deuda en el momento del impago. A ning煤n pa铆s en el mundo le gustar铆a seguir la misma senda.

La experiencia de Grecia nos ense帽a lo que no deber铆a hacerse con una re-estructuraci贸n de deuda. El pa铆s re-estructur贸 su deuda en 2012, pero lo hizo mal. La re-estructuraci贸n no s贸lo no fue lo suficientemente profunda como para recuperar la econom铆a, sino que tambi茅n provoc贸 un cambio en la composici贸n de la deuda --de acreedores privados a acreedores p煤blicos-- dificultando as铆 las posibles futuras re-estructuraciones.

En cierto modo, Grecia se enfrenta a una situaci贸n m谩s compleja que la de Argentina en 2001. El impago de Argentina se vio acompa帽ado de una enorme devaluaci贸n de la moneda que ayud贸 al pa铆s a ser m谩s competitivo y eso, junto con la re-estructuraci贸n de la deuda, facilit贸 las condiciones para una recuperaci贸n econ贸mica sostenible. En el caso de Grecia, el impago y la salida de Grecia del euro, Grexit, necesitar铆a la re-implementaci贸n de una divisa dom茅stica. No es lo mismo devaluar una divisa ya existente que crear una nueva en mitad de una crisis. Este nivel adicional de incertidumbre ha acentuado la capacidad de la Troika para presionar al gobierno de Tsipras.

Cuando la deuda es insostenible, es necesario volver a empezar desde cero. Es un principio b谩sico, ampliamente reconocido. Hasta ahora, la Troika est谩 privando a Grecia de esta posibilidad. Y no se puede empezar desde cero con austeridad.

Este domingo, los ciudadanos griegos discutir谩n dos alternativas: austeridad y depresi贸n interminables o la posibilidad de decidir ellos mismos su propio destino en un contexto de tama帽a incertidumbre. Ninguna de las dos opciones es acogedora. Ambas podr铆an conllevar trastornos sociales incluso peores. Sin embargo, con una de las opciones hay esperanza, con la otra no.

(*) Joseph E. Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia y Nobel de Econom铆a y Martin Guzman, investigador de doctorado en la Universidad de Columbia.

Nota publicada originalmente en la edici贸n estadounidense de "The Huffington Post" y ha sido traducido del ingl茅s por Diego Jurado Moruno para la edici贸n espa帽ola del mencionado medio.