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05-05-2015 | YA TIENE 204 ALUMNOS | |||
El primer colegio virtual abrió sus puertas en Japón | |||
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Al primer curso, que empezó el pasado 24 de abril, se apuntaron de momento 204 alumnos tras abonar los US$1.500 que cuesta la matrÃcula anual. Nada más ingresar en este centro, bautizado en japonés como "PaÃs del ciberaprendizaje", es necesario crear un simpático doble virtual cuyo aspecto puede recordar al de un personaje de un videojuego de rol japonés o al de los avatares de Nintendo para sus consolas Wii. Para personalizarlo y asà distinguirlo del resto de los alumnos, se le pueden incorporar infinidad de peinados o accesorios de ropa. Los estudiantes están obligados a acceder a diario -a través de un programa instalado en su ordenador, tableta o teléfono- al sistema informático en el que se aloja su nuevo colegio. Una vez dentro, el software les permite mover su avatar por el campus para recibir lecciones en el aula (consistentes en vÃdeos de 20 minutos y un examen escrito), consultar material audiovisual o libros electrónicos en la mediateca o interactuar mediante un interfaz de chat con los dobles virtuales de compañeros y maestros. El "PaÃs del ciberaprendizaje" fue creado por el instituto Meisei, un colegio privado de secundaria de la prefectura de Chiba que desde hace varios años viene ofreciendo cursos académicos para obtener el tÃtulo de bachillerato por correspondencia. La idea de establecer un proyecto alternativo surgió de la dificultad que algunos alumnos experimentaban a la hora de asistir a las 20 tutorÃas presenciales al año incluidas en estos planes de educación por correo. Estos estudiantes mostraban los sÃntomas tÃpicos del hikikomori, vocablo nipón que define un trastorno comunicativo y también a las personas que lo padecen. Según Tamaki Saito, el psiquiatra nipón que acuño el término, el hikikomori es una persona que, sin presentar ningún sÃntoma psicótico, se mantiene aislado de todo contacto social -a excepción de intercambios mÃnimos con su familia- de manera continuada durante más de seis meses. Muchos de ellos -en la mayorÃa de los casos, varones- pueden llegar a aislarse de manera radical encerrándose durante años e incluso décadas en sus habitaciones o apartamentos y manteniendo el mÃnimo contacto posible con el exterior. lu. |