Tras el rezo del Angelus, el Pontífice agradeció el trabajo de todas las mujeres que "buscan construir una sociedad más humana y acogedora", y en especial a aquellas que "testimonian el Evangelio y trabajan en la Iglesia", con motivo del Día Internacional de la Mujer, reportó la agencia italiana Ansa.

Jorge Bergoglio reivindicó "la importancia y la necesidad de las mujeres en la vida", no sólo "porque dan la vida, sino porque trasmiten la capacidad de ver más allá: Las mujeres trasmiten la capacidad de ver el mundo con ojos distintos y con un corazón más creativo, más paciente, más tierno", subrayó.

"Una oración y una bendición particular para todas las mujeres aquí presentes en la plaza y para todas las mujeres un saludo", agregó.

El papa reflexionó luego sobre el episodio del Evangelio que narra cuando Jesús echó del templo a los mercaderes: "Los verdaderos adoradores de Dios no son los custodios del templo material, poseedores del poder y del saber religioso, sino los que adoran a Dios en espíritu y verdad", aseveró y pidió a los miles de fieles reunidos en la plaza San Pedro que busquen la "belleza del encuentro con Cristo" y permitan que "Dios haga limpieza en los corazones".

"Padre, tengo miedo de que me bastonees -agregó en un tramo no preparado-. Pero Jesús no bastonea nunca. Jesús hará limpieza no con el látigo, sino con la misericordia, con amor. Dejemos que el Señor entre con su misericordia, no con la fusta. Abrámosle la puerta para que haga un poco de limpieza", apuntó.

Y agregó: "En este templo de Cuaresma nos estamos preparando para la celebración de la Pascua, cuando renovaremos las promesas de nuestro bautismo. Caminemos en el mundo como Jesús y hagamos de toda nuestra exigencia un signo de su amor para nuestros hermanos, especialmente los más débiles y los más pobres, construyamos a Dios un templo en nuestra vida".