El candidato a gobernador bonaerense por Udeso, Francisco de Narváez, sigue redoblando las críticas hacia la gestión presidencial y poniendo en tela de juicio la continuidad del gobierno que encabeza Cristina Fernández de Kirchner. Pronostica la derrota oficialista y se muestra convencido de formar parte de la fuerza que, a partir de diciembre, conducirá al país.

 

Al referirse al malestar que se vive dentro del kirchnerismo por el armado de listas, destacó que "se abrió una grieta entre el peronismo y Cristina", ya que "una enorme cantidad de dirigentes, especialmente de la provincia de Buenos Aires, que han acompañado hasta ahora al gobierno, se han sentido insatisfechos y frustrados por la forma en que se han tomado las decisiones".

"Hay un malestar enorme, porque conducir significa encontrar puntos en común, convencer y sumar, a diferencia de lo que ha hecho el kirchnerismo que es imponerse en forma autoritaria", afirmó De Narváez en declaraciones radiales.

 

Agregó que "este gobierno en su fase final se cierra sobre sí mismo y por eso me animo a vaticinar que el peronismo no quiere seguir siendo gobernado y sometido, a través del manejo de la caja, y el 10 de diciembre se termina la gestión kirchnerista".

 

"Hay inflación, inseguridad y ha caído la inversión porque no están dadas las condiciones para que este crecimiento económico que favorece desde el mundo a toda la región favorezca a la sociedad. Tenemos que recuperar la independencia de la justicia, demostrar que se puede gobernar honestamente y sin corrupción", precisó De Narváez.

 

Luego sostuvo que "fue relativamente tímida" la campaña electoral porteña, a diferencia de lo que ocurrirá seguramente en los tramos finales de la elección bonaerense y de la presidencial, "donde se va a dar una clara polarización entre Scioli y yo, y entre Cristina y Ricardo Alfonsín".

"El kirchnerismo en sus últimos años de gobierno ha demostrado finalmente mucha soberbia, mucho autoritarismo, corrupción y frente a eso los argentinos quieren un gobierno moderado, moderno, que resuelva los verdaderos problemas, el aumento de los precios, la inseguridad, la falta de empleo y la falta de vivienda. Se termina la corrupción en la Argentina, no puede seguir siendo el estado saqueado por gobiernos que llegan para enriquecer a sus funcionarios y no para servir y resolver los problemas de la gente", enfatizó.