"Si al guacho no lo entregas, mañana lo tenés muerto", así le dijeron oficiales de la comisaría 2ª durante un allanamiento realizado el día anterior a la muerte de Omar Cigarán -14 de febrero de 2013-, a su mamá Sandra Gómez. Al día siguiente, en horas del mediodía, el joven de 17 años aparece muerto por un balazo del policía quilmeño Diego Walter Flores en 122 y 43 de la ciudad de La Plata, según pudo verlo su mamá en las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona.  

La investigación tuvo muchas irregularidades, como por ejemplo la no aparición de imágenes de lo sucedido en un primer momento ya que se planteó que las cámaras de seguridad no funcionaron durante aquel 14 de febrero de 2013, y recién aparecieron las imágenes, meses después. Por ello, amigos, familiares y organizaciones marcharon reclamando el apartamiento del policía y la elevación a juicio oral y público.

Otra vez, fue el Estado. Walter Bulacio, Luciano Arruga, Ismael Sosa, y así sigue una larga lista de pibes y pibas que mató la policía. Según el último informe de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) son 4321 los pibes y pibas, de nuestro país,  asesinados en manos del aparato represor del Estado desde el regreso a la democracia hasta la actualidad.

A dos años de la muerte de Omar Cigarán, la justicia avanzó en la investigación con enormes irregularidades y al día de hoy la causa no tiene fiscal ni pudieron determinar quién le plantó el arma al joven, ya que se la encontraron en la Morgue y no durante las cinco horas que estuvo tirado en la calle. Todavía no hay ningún responsable detenido ni tampoco el policía acusado fue apartado de la Bonaerense, según aseguró el abogado que lleva adelante la causa, Juan Manuel Morente, de la Asociación Miguel Bru.   

Le faltaban cinco días para cumplir sus 18 años; el segundo de cinco hermanos, que apenas había llegado a terminar cuarto grado de la Escuela Primaria. Era un niño joven. Le encantaba mirar dibujitos como también visitar a sus amigos en la calle. Sin embargo, la Policía Bonaerense ya lo tenía "marcado", estigmatizado.

¿Qué pasó con Omar en las instituciones de promoción y protección de los derechos del niño? Al Estado no le interesa contener a pibes y pibas de los barrios más marginados. Queda en evidencia si observamos sus políticas de niñez y adolescencia que son sólo cáscaras vacías. Los trabajadores y trabajadoras de esos ámbitos se encuentran explotados por el gobierno de turno; sin recursos para el desarrollo, formación y estimulación de los jóvenes. Como por ejemplo, el Programa Envión donde sus trabajadores denunciaron varias veces la falta de insumos y sueldos adeudados.

"Omar estuvo en el Hogar Los Grillitos, pasó por el Programa Centro de Tratamiento y Atención Integral (CTAI), Movimiento, por varias comunidades por adicción, y el último lugar en el que estuvo fue en el instituto de régimen cerrado Nuevo Dique, en Ensenada. Cuando salió de ahí me habían prometido que iba a tener un tratamiento ambulatorio, eso nunca sucedió. Empezó con las drogas y cuando quiso volver ya no lo dejaron", contó su mamá Sandra.

Entonces los pibes y pibas están en riesgo por culpa del mismo Estado. Ese que en momentos les cierra la puerta y por momentos los ataca con total impunidad desde su brazo punitivo, la policía. Persecución, allanamientos, violencia. En un supuesto "enfrentamiento" el policía Diego Walter Flores, de civil, saca su arma reglamentaria, dispara y mata.

El día anterior la familia de Omar se vio conmovida por todo el armado policial: entraron a su casa a los golpes, empujaron a su mamá y la apuntaron con una escopeta "itaca" buscándolo al joven. Un pibe que una semana atrás le había confesado a su mamá que "estaba cansado, estaba cansado de la policía, de que lo siguieran a todas partes". A su vez, en uno de los tantos allanamientos que recibieron en su casa del Barrio Hipódromo de La Plata, le mostraron decenas de fotos de Omar, de la entrada de su casa, de Sandra entrando a su hogar, saliendo. Es decir, prácticas similares a las de la época de la Dictadura Cívico-Militar que siguen existiendo en democracia.

Por todo esto, familiares, amigos y organizaciones sociales se movilizaron el viernes pasado, 20 de febrero, el mismo día que Omar cumpliría 20 años, de Plaza Moreno a la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires (51 entre 10 y 11) reclamando el inicio del juicio -oral y público- y por el apartamiento de la Bonaerense del policía Diego Walter Flores.

Cabe destacar que la causa fue llevada adelante por la fiscal Ana María Medina, de la Unidad Fiscal Nº 1 de La Plata, y el año pasado tras la finalización de la feria judicial pidió el sobreseimiento del policía involucrado, por lo tanto el cierre del caso. Por lo que actualmente la familia es la única querella que avanzará en el juicio.

También estuvieron presentes Fernanda Nicora, mamá del joven Sebastián que apareció muerto en el balneario El Pericón de Punta Indio; Eugenia Vázquez, hermana de la joven Andrea Viera -la primer mujer torturada en democracia, en Varela-; Mirna Gómez, la esposa de Andrés Núñez asesinado en el año 90 por la Policía Bonaerense; y Liliana Cugnu, mamá de Brian Rabuffetti, víctima de un siniestro vial.

Por último, según informó Sandra Gómez, este jueves 26 de febrero, el abogado Juan Manuel Morente, junto a representantes de la Comisión Provincial por la Memoria, será recibido por Viviana Arcidiácono, titular de la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, según consignó Diario Platense.