La Patria está en peligro fue el título de la Carta 15 del grupo de intelectuales identificados con el kirchnerismo, Carta Abierta. Nada más cierto.

En aquel mensaje se advertía del asedio de las grandes corporaciones económicas nacionales e internacionales asociadas a las corporaciones mediáticas sobre el gobierno popular. Los argumentos que esgrimía entonces el poder son los mismos que los de ahora. "¡Hemos tenido suficiente populismo!".

El Proceso Restaurador se ha puesto en movimiento en un tiempo en que el recodo de la historiaintentaserforzado a regresar a pasados selectos resguardados para la nobleza.

Una marcha "neutra", "apolítica" se prepara para "homenajear" a un representante de la justicia cuya desaparición física aún no está precisada por la misma Justicia. Su ex pareja y colega también, salió a pedir "despolitización" de la investigación de la causa de su ex marido y colega.

La justicia sale a pedir "justicia". ¿Un oxímoron o una contraditio in termini"?

Sus organizadores y principales propulsores se escudan detrás de una imitación burlesca de lapantomima dramática de la muerte. Apuntan a la creación del "mito Nisman".

A esta movilización asistirán personajes nefastos de la historia política y social de la Argentina de los últimos treinta años. Jueces que se cubren de causas en la que ellos mismos están investigados, dirigentes sindicales que quemaron urnas cuando dejaron de contar con el apoyo de sus bases, militantes soldadescos que defienden la dictadura genocida y encubren robos de bebés, políticos desgastados por sus contradicciones internas que ya no cuentan con la unción popular, y -por si esto fuera poco- la siempre presente clase media fálico-insatisfecha, paciente de complejos freudianos que los (mas) turban de odio a lo popular, excitándose con frases sentenciosas invocando la muerte y la destitución. 

La frutilla del postre: la Iglesia, o más bien, un sector de la Iglesia, aquella identificada con la pax de los cementerios y la prudencia del silencio cómplice con lo peor de nuestra historia reciente, que - por cobardía o por consustanciación - concomitó con las fuerzas militares y colaboró con su omisión, con su indulgencia y con su participación activa en la desaparición forzada de personas.

La sociedad toda en su conjunto tiene la responsabilidad de escapar del hechizo de Circe. El riesgo de convertirse en el alimento de los voraces está al alcance de la mano. Los cerdos solo sirven para su consumo y quien los consume no son los hechizados sino los hechiceros.

Una pócima hermesiana de sensatez actuaría como encargada de reencausar el pensamiento colectivo y así evitar el engaño.

El beneficio sería mayúsculo pues sugeriría la existencia de un resquicio de vigilancia popular, una lectura atenta de los sucesos y al mismo tiempo revelaría supotencia reflexiva. Restaría una re-acción transformadora de su destino.

Esta marcha de silencio parodia a su madrecatamarqueña. Pero supropósito es opuesto. 

Aquella exigía Justicia, esta chorrea odio y deseos enmascarados de destitución. 

Como Pegaso, el mítico corcel aladoque advierte el mal sin dejarse domar por él, el pueblo argentino tiene la oportunidad histórica de cabalgar sobre la marcha de los acontecimientos sin dejarse seducir por los cantos de sirena, sin dejarse atrapar por el hechizo de Circe, sin dejarse domar por jinetes del mal, para solo pedir Justicia…

SIN OPORTUNISMOS.

(*) Docente, Profesor, Magíster en Educación de la Universidad Nacional de La Plata.