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15-02-2015 | Experto en seguridad informática | |||
Ariel Garbarz: “Con Stiuso siempre estuvimos en veredas opuestas” | |||
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A comienzos del mandato de Nestor Kirchner fue convocado para garantizar la seguridad de las comunicaciones presidenciales. Antes y después de ese episodio intervino como perito o consultor en causas resonantes como las coimas en el Senado o las pinchaduras telefónicas en la Legislatura porteña. Todo eso le permitió al ingeniero Ariel Garbarz, profesor en ingeniería de las telecomunicaciones y director del Comsec, organismo de la UTN dedicado a la seguridad en las comunicaciones, acceder a los secretos mejor guardados por la Ojota, la sede de Observaciones Judiciales de la SIDE que monopolizaba las escuchas telefónicas.
Entrevistado por Walter Goobar, Garbarz afirmó que "puedo corroborar que toda la estructura armada en ese edificio de avenida Los Incas perfectamente se podía usar para el espionaje legal y para el espionaje ilegal", según contó en el reportaje emitido por Radio Nacional y publicado por el dominical "Miradas al Sur".
"Mi trabajo siempre fue proteger las comunicaciones y la privacidad, la función de él era utilizar las comunicaciones para la inteligencia, o sea intervenir teléfonos, rastrear geográficamente los celulares", dijo Ariel Garbarz.
- ¿Cuál era el temor de Néstor Kirchner en esa época?
- Bueno, ellos ya tenían, antes de asumir, los informes técnicos suministrados por nosotros desde la Universidad de que muchos de los celulares del equipo que iba a integrar el próximo gobierno, que empezó el 25 de mayo del 2003, estaban intervenidos. Nosotros ya veníamos trabajando desde el gobierno de De la Rúa con este proyecto, pero con muchas dificultades, con muchos problemas con miembros de la Secretaría de Inteligencia del Estado, ya que en varias ocasiones habíamos bloqueado intercepciones ilegales, o sea sin orden judicial. Lo que hizo Néstor Kirchner fue dar una orden política de que trabajemos todos en un mismo sentido y cambiar un poco, o intentar cambiar la nefasta historia que tenía la Secretaría de Inteligencia de ser un extrapoder que se manejaba en forma autónoma.
- Cuando a usted lo convocó Francisco Paco Larcher, entonces número 2 de la SIDE para hacer este trabajo, tuvo también alguna participación Jaime Stiuso?
- Nunca lo conocí a Jaime Stiuso, ni siquiera tuve la posibilidad de conversar con él por ningún medio. Larcher me pregunto si lo conocía, le dije que no, que tenía referencias de que era un ingeniero, de que era muy capaz profesionalmente en todo lo que es equipamiento electrónico para propósitos de inteligencia, pero era lo que se comentaba en el medio entre los ingenieros que nos dedicamos a la seguridad informática, pero siempre estuvimos en veredas opuestas, mi trabajo siempre fue proteger las comunicaciones y la privacidad, la función de él era utilizar las comunicaciones para la inteligencia, o sea intervenir teléfonos, rastrear geográficamente los celulares. Los teléfonos celulares siempre fueron de todos los servicios de inteligencia un soporte técnico fundamental para las tareas de inteligencia.
- ¿Podría explicar cómo funciona la parte de observaciones judiciales, más conocida como Ojota?
- La Dirección de Observaciones Judiciales está en avenida de Los Incas 3834, un edificio que desde afuera parece un edificio de departamentos, y no de oficinas. Yo tuve la oportunidad de ingresar en ese edificio el 12 de septiembre del 2000, cuando el juez Jorge Urso ordenó allanarlo, ya que nosotros desde la Universidad habíamos detectado que había equipos con las mismas características técnicas que los que usaba la Dirección de Observaciones Judiciales que estaban interceptando las líneas de Jorge Lanata cuando dirigía la revista Veintitrés. Siguiendo esos peritajes técnicos que habíamos hecho el juez ordenó una serie de allanamientos, y cuando llegamos a la SIDE nos encontramos con dos equipos que respondían a las características técnicas que habíamos detectado con nuestro software y por eso el juez ordenó secuestrar esos equipos, pero antes de secuestrarlos nosotros entramos al edificio, analizamos cómo estaban funcionando, cómo estaban conectados, tuvimos la oportunidad incluso de abrirlos y de recopilar valiosa información técnica, los equipos eran marca Siemens, el modelo se llamaba Datavoice, y verificamos que no había ninguna forma tecnológica de asegurar que se estuvieran usando legalmente. Los equipos solamente se utilizaban con una orden judicial y con los números de teléfonos que venían en la orden judicial, es decir cualquier empleado que tenía acceso a esos equipos, mediante la debida conexión con la empresa prestadora telefónica, podía intervenir el teléfono de cualquier abonado y no había forma de que la Justicia, fundamentalmente la Justicia Federal, que era la que hacia más uso de las órdenes de escucha, pudiera controlar si se estaban usando para las líneas y con el perfil que había sido definido por el juez interviniente. Es decir, pudimos corroborar que toda la estructura armada en ese edificio de avenida Los Incas perfectamente se podía usar para el espionaje legal y para el espionaje ilegal.
- Estamos hablando de varios años atrás... ahora existe tecnología mucho más sofisticada.
- En realidad lo que existe son equipos más avanzados, que agregaron mucha digitalización, pero sin embargo, aun los que se compraron durante el gobierno de Néstor Kirchner adolecían de una falta fundamental, que es una llave electrónica activada por la firma digital de un fiscal o del juez competente. Para que se entienda más claro: los equipos, por más que sean modernos, que sean digitales, si no tienen un dispositivo que asegure que el juez no solo libra un oficio sino que ese oficio se digitaliza, se encripta, se ocultan dentro del oficio en forma digital los números telefónicos...
- ¿Podría ser con un código de barras?
- Sí, algo como un código de barras es una de las formas más antiguas, hay otras formas más modernas, pero el juez lo único que hace es firmar, una vez que firma se digitaliza la firma, hay varios medios de digitalización, que incluyen la firma del juez y los números telefónicos a intervenir, en qué horarios se los debe intervenir y si se los debe intervenir cuando hablan con otros determinados números telefónicos, y todo eso se carga automáticamente en el equipo interceptor y el equipo interceptor sólo puede seguir esa orden.
- Y también durante cuánto tiempo se debe intervenir.
- Exacto. Lamentablemente, a pesar de que se modernizó parcialmente el equipamiento de intercepciones telefónicas para la inteligencia, no se puso este dispositivo y por lo tanto durante todo el gobierno de Néstor y el gobierno actual de Cristina, hasta que recientemente fue disuelta la Secretaria de Inteligencia, perfectamente se podía utilizar ese equipamiento para hacer inteligencia ilegal o para generar un extrapoder utilizado por los mismos agentes que trabajaban para la SIDE o para la ex SIDE, para sus propios fines o para otros servicios de inteligencia extranjeros.
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