Sin dudas que el presente de los dos es bien diferente. Especialmente en el rendimiento, aunque también la brecha de puntos marca una disparidad en lo estadístico. Pero el 'Superclásico' será especial. Un clásico partido aparte. Aunque bien importante era para Boca volver al triunfo hoy en su casa para arribar a ese duelo con el ánimo en alza.

En la 'Bombonera', el "Xeneize" hizo poco y se llevó mucho ante un 'débil' Quilmes que es el protagonista principal del fondo de la tabla. Por el tanto de Federico Carrizo, la figura del encuentro, ganó 1-0 y alimentó su, hoy por hoy, lejano sueño de prenderse en la pelea por el título.

El rival fue fundamental para que Boca se lleve los tres puntos sin lucirse. El "Cervecero", último en la tabla y con un plantel diezmado, llegó a La Ribera con la firme propuesta de jugar un partido friccionado e intentar aprovechar una pelota parada. El "Xeneize" dejó en claro que la presión alta es su fiel aliada y una de las cosas que mejor le sale dentro del campo de juego. Lejos de tener un buen funcionamiento futbolístico, la marca pegajosa, constante y veloz fue la herramienta que le sirvió para generar las mejores ocasiones de gol y la que lo llevó a obtener la ventaja.

Cuando el reloj marcó los 7 minutos del segundo tiempo, la visita se durmió en la salida de un foul en la mitad de la cancha, Fernando Gago presionó a la perfección, Andrés Chávez trasladó hasta el vértice del área y metió un centro rasante que cruzó todo el campo de juego para encontrarse con el ingreso del "Pachi", quien de primera venció a Silvio Dulcich.

El ex Rosario Central fue la carta de ataque del local, apostando a la espalda de un Emiliano Carrasco que estuvo firme en el mano a mano, pero muy endeble en la cobertura de espacios. Así, el veloz hombre que llegó en este mercado de pases, generó gran parte del peligro, aunque le faltó profundidad para terminar de plasmar todos sus intenciones.

¿La tan criticada defensa de Boca? No dio demasiadas garantías ante un equipo que atacó poco y nada. Cada pelota parada del rival se padeció y pocas veces los del "Vasco" lograron mostrar firmeza en su área. Otra vez se vieron los mismos desperfectos que en toda la era Bianchi, con hombres ganándole la espalda a ambos marcadores centrales. Esa será la principal preocupación de Arruabarrena de cara al 'Superclásico' ante el 'temible' River.

En siete días, a las 17.15, Boca deberá visitar el 'Monumental' para jugar un partido aparte contra el equipo que es sensación en este campeonato.