Era imposible que el zapping no buscará anoche, luego de la cadena nacional de la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner, el rostro o mínima mueca, de Marcelo Bonelli, en la señal de TN (Todo Noticias), para saber como iban a titular los medios "críticos" del Gobierno nacional el anuncio (absolutamente sorprendente para propios y extraños) de "pagar en casa" un nuevo re-canje de la deuda a los bonistas que aceptaron y al resto de los muchachos que todavía siguen sobrevolando. 

Daniel Scioli, que no es ningún Nostradamus, ni mucho menos, había anticipado la contradicción existente en el mundo financiero mundial: "O priorizamos los capitales económicos para la inversión y el desarrollo, o los fondos buitres seguirán siendo parte del sistema".

"Hay que priorizar el interés común, primero la Argentina", y en ese sentido apeló a la responsabilidad de todos los sectores "porque en definitiva la demagogia, los que dicen que tienen soluciones para todo, la gente no los va a premiar, va a premiar y reconocer la conducta responsable".

"Tenemos que colaborar en esta situación puntual de la pulseada con los fondos buitre, que va a generar una vez superada la misma, un escenario inmejorable para el país para encarar la agenda del desarrollo", insistió.

¿Insistió?...en realidad falta la súplica para señalar que el "capital debe estar al servicio del hombre, y no el hombre al servicio del capital" (Peronismo básico tomo I y II).

Ahora que otra cosa significa la "política humanizada" que no conlleve inexorablemente a un "capitalismo humanizado" como debatimos en la década del 70 a la espera del regreso de Perón del exilio, y el "socialismo nacional" que jamás pudo ser aplicado. 

"Para un argentino no debe haber nada más prioritario que otro argentino" se podría escribir en el primer tomo del nuevo manual de "Peronismo Siglo XXI", no como apotegma heredado sino como "praxis irrenunciable". 

Lo que anoche aconteció frente a nuestros televisores, y retinas, es la más necesaria demostración que sino hay "capitalismo humanizado" es imposible la soberanía política y aún mucho más lejana "la independencia económica".

Daniel Scioli es ante todo un "político humano" (o si quieren adjetivar un "peronista del desarrollo"), y por ende un hombre que sabe que la "doctrina social de la iglesia" no deben ser sólo los discursos del Papa Francisco, sino la "acción militante" de sus feligreses. 

Cuando el Gobernador de la provincia de Buenos Aires señaló: "A la política hay que humanizarla, no puede ser en el nombre de la política que sea todo o nada; hoy estoy acá, mañana traiciono, voy para allá". 

No se refirió solamente a "traiciones coyunturales" de campaña o candidatos propios o extraños. Sino al devenir de las convicciones en el marco de una "Argentina que se desarrolla y define su autonomía con absoluta soberanía económica".

Hace mucho tiempo atrás, mucho antes de que naciera Cristina y el propio Scioli, alguien sentenció "libres o muertos, jamás esclavos" y terminó sus días entre la austeridad, el olvido de sus pares, y la ignorancia de los que gobernaron posteriormente.

Hace muy poco tiempo nos volvimos a acordar de ese hombre y su legado. 

Llegó la hora que la memoria sea "praxis militante" en un país que quiere llamarse Argentina porque República le queda encorsetado. 

El hombre deberá estar al servicio de otros hombres en la medida que la economía siga supeditada a la política, y no a los intereses de corporaciones (propias y extrañas...) en un modelo de desarrollo que no permite distracciones, ni tibiezas. 

Hacia allí vamos convencidos, por allí seguro que el "Capitalismo nos hace más humanos y no traidores". 

(*) Referente Grupo Descartes Neuquén