Es un lugar al que se accede por un camino de tierra y sobre la margen izquierda del camino hay aproximadamente una decena de ranchos, que casi en su totalidad son viviendas de fin de semana. 

Quienes viven en adyacencias del lugar describen a su dueño como una persona pendenciera y que siempre alardeaba por sus contactos con la justicia y la policía, pero nunca pensaron que podría estar involucrado con el trafico de drogas.

Para llegar al rancho allanado el pasado miércoles hay que hacer unos mil quinientos metros desde el camino de la costa rumbo al Río Paraná, por el camino que va al camping de Asimra y que para los vecinos es Paraje "El Tonelero". Primero en forma recta son unos mil metros, luego se dobla hacia la derecha, se transita otros quinientos metros, y allí se lo encuentra. 

Lo primero que se ve cuando se llega al rancho en cuestión es un tinglado donde hay una embarcación antigua tapada con una lona de color celeste, maderas, botellas vacías y sobre el techo cajones que se utilizan para la apicultura.

Pasando por debajo de este tinglado hay una escalera de cemento de escalones pequeños, de unos cincuenta metros de extensión, que desemboca directamente en la laguna "El Tonelero", con ese nombre la reconocen quienes también tienen sus ranchos en las adyacencias. 

Unos metros antes de llegar a la laguna la escalera tiene un descanso y en ese lugar está el rancho allanado. En el portillo por donde se tiene que ingresar al patio están las fajas de la justicia federal y también en la puerta de acceso al ambiente de la construcción donde estaba la marihuana secuestrada se pueden ver las fajas de clausura. 

El lugar desde su mismo ingreso da la impresión de estar abandonado, tal vez se quería dar esa imagen, y casi siempre se veía muy poco movimiento, según lo expresaron entre dientes los pocos vecinos que aceptaron cruzar unas palabras con este medio.

La escalera por la cual se tiene acceso a la construcción tiene conexión directa con la laguna y que sería, esto ya dentro de la información extraoficial con la que se cuenta, por donde ingresaría la droga que se bajaría de barcazas.

"La gran mayoría de quienes tenemos rancho venimos de viernes a domingo y la verdad que nunca se vio nada. Pero tranquilamente podía hacer sus cosas de lunes a jueves que nadie se iba a enterar", comentó una vecina.

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