El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel repudió los desbordes vecinales que terminan con golpizas y linchamientos a presuntos delincuentes, pues "son actos de venganza que convierten a todos en victimarios", y manifestó su "preocupación" porque "el país vive situaciones de intolerancia, inseguridad y violencia social estructural".

Pérez Esquivel consideró que los denominados linchamientos generan "una psicosis colectiva de miedo que alienta a sectores que buscan hacer 'justicia por mano propia', frente a la ausencia de las fuerzas de seguridad, llegando al linchamiento y asesinato de presuntos delincuentes (incluso menores de edad), que agravan aún más los hechos de violencia social".

El consagrado defensor de los derechos humanos pidió a la sociedad "cordura" y entender que "más allá de las situaciones de intolerancia, inseguridad, violencia social y estructural, toda sociedad tiene leyes que deben ser respetadas para la convivencia ciudadana".

"Los linchamientos no son individuales, sino colectivos y tienen mucho que ver con conductas y presiones sociales que llevan a lo que denomino la suspensión de la conciencia, donde, si los demás hacen lo mismo, la culpabilidad se diluye en lo colectivo y queda en el anonimato. Y eso es un peligro", advirtió Pérez Esquivel.

Por último, el titular del Serpaj se quejó del rol de los medios de comunicación espectacularizando los hechos y replicando los videos como actos colectivos de desborde vecinal tildados de justicia por mano propia.  En ese sentido, consideró "importante que de una vez por todas haya auditorías sobre los contenidos" de los medios, "para que no se les permita promover el pánico social y la venganza".