04-05-2024
“2 de Abril: Memoria y Esperanza” por Emilio “Taka” López Muntaner (*)
En el registro del sentido común, la memoria alude generalmente, a la capacidad de conservación de los hechos. Pienso, sin embargo, que ella puede constituir un proceso activo de construcción simbólica que ayude a la elaboración de sentidos sobre los hechos. Es lo que - creo - constituye la identidad de un destino colectivo. Todos guardamos un registro en algún rincón del arcón de los recuerdos.No se trata de nostalgias, sino de una memoria activa, de una evocación delas vivencias que dejan huellas, casi siempre imborrables pero que sirven para movilizar las conciencias y - muchas veces - para torcer destinos.

El 2 de Abril, es una fecha emblemática para nuestra ciudad,al menos, en dos direcciones muy intensas.

2 de abril recuerda el horror de una guerra impensable, remonta al uso del sentimiento patriótico que abrió las puertas dela ignominia.

2 de abril es el memorial de los jóvenes valientes que dieron la vida por la patria vituperada, poniendo el cuerpo donde fallaban las armas,con la nobleza del que lucha por recuperar lo arrebatado. Nuestro sentido homenaje a los gladiadores. A los caídos en combate.A los que cayeron después.A los que aún caminan entre nosotros. Nunca diremos bastante sobre ellos. 

La memoria popular los rescatará del olvido eternamente. Nos enseñaron el valor. Nos mostraron el camino del coraje.Nos abrieron el sentido del amor a la Patria. La memoria siempre es maestra de vida. Aunque, a veces,su docencia se haga con dolor.

2 de abril es también la fecha en la que nuestra ciudad tuvo una enseñanza. Un cielo enojado nos sacudió intensamente. La naturaleza, enfurecida, nos mostró sus garras.  Muertes injustas, pérdidas materiales, angustias, trauma social. ¿tragedia? ¿Imprevisibilidad? ¿Imprudencia? ¿Estado ausente? ¿Todo ello junto?

El recuerdo emerge como un profundo educador de la conciencia colectiva. La memoria está diseñada para enseñarnos a evitar caer en el error repetido, para ayudarnos a corregir los desaciertos, para mostrarnos aquellas fortalezas que el humano saca de sus profundidades cuando encuentra a su paso el peligro propio y ajeno.

Propongo ejercer una memoria que nos enseñe a recuperar aquellos rincones de generosidad, de espontánea capacidad de compadecerse con el otro que ha tenido la ciudadanía platense aquel trágico 2 de abril del 2013.

Recordemos - aunque sea por un instante -la floración de la solidaridad más noble de hombres y mujeres platenses en aquella noche oscura en la que la mano tendida constituyó el emblema de la tragedia.

Iglesias colmadas de inundados cobijaron a los que lo habían perdido todo o casi todo. Clubes y escuelas abrieron sus puertas para alojar familias enteras. Facultades que organizaron una epopeya solidaria. Soldados y gendarmes trabajando en las calles, custodiando, auxiliando. Médicos atendiendo a destajo. Jóvenes reconstruyendo los barrios. 

Maestros que enseñaron que siempre están al alcance de la mano para tenderla.

Miles de vecinos ofrecieron a los dolientes un techo donde cubrirse, un colchón donde alojar el cansancio, una taza de té para entibiar el frío del abandono, una palabra acogedora en medio de tanto sufrimiento, un oído atento donde escuchar un dolor, un hombro acolchado donde descargar la rabia, el llanto y la desesperación.

Es cierto que no podemos soslayar responsabilidades. Las hay. Es cierto que no podemos olvidar a nuestros muertos. Pocos o muchos son víctimas de un Estado que no previó, que no cuidó. Ellos claman cada vez más intensamente por una justicia que debe llegar, que va a llegar, que hay que luchar para que llegue, sin bajar los brazos, sin claudicar.La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera.

Pero la memoria debe impulsarnos no solo al recuerdo, sino al mañana. No hay futuro sin memoria.

Por eso queremos una ciudad distinta. Anhelamos un nuevo amanecer.

Nos debemos discutir juntos la ciudad que queremos.Propongo hacerlo sin mezquindades. 

Sin politizaciones de la tragedia. Con sinceridad. Con apertura. Con la profunda esperanza de que el próximo 2 de abril nos encuentre con las manos tendidas para reconstruir juntos el futuro que nos merecemos.

Sin rencor y sin olvido. Con memoria.

(*) Senador provincial FPV-PJ por la Sección Capital