16-05-2024
"El Papa, Per贸n y una misma visi贸n sobre los alimentos y el derroche" por Fernando Del Corro (*)
El pasado 18 de diciembre el papa Francisco envi贸 un mensaje de salutaci贸n a los cartoneros y recicladores de basura de todo el mundo difundido por Radio Vaticano, en el que destac贸 la importancia de su labor afirmando que se trata de "formas dignas de trabajo a partir de su tarea ecol贸gica y de concientizar a las personas sobre el desperdicio de alimentos". El mensaje hab铆a sido grabado el anterior 5 durante una visita de miembros de la federaci贸n que aglutina a quienes desempe帽an esas tareas como honrada forma de vida. 

"Con la comida que se tira se podr铆a alimentar a todas las personas que padecen hambre en el mundo", dijo Jorge Bergoglio en un nuevo mensaje por el desperdicio de alimentos. 

Y en tal sentido agreg贸: "Piensen c贸mo seguir adelante en este trabajo de reciclar lo que sobra. Pero lo que sobra es rico. Hoy en d铆a no nos podemos dar el lujo de despreciar lo que sobra". Tambi茅n a las 20.30 de un 18, pero de febrero de 1952, 61 a帽os y diez meses antes, en t茅rminos similares se hab铆a expresado el entonces presidente argentino Juan Domingo Per贸n durante un mensaje radiof贸nico destinado a dar a conocer el nuevo plan econ贸mico puesto en marcha bajo la orientaci贸n del ministro de Econom铆a, Alfredo G贸mez Morales. En esa ocasi贸n, en el marco de una convocatoria anticonsumista destinada a mejorar las condiciones de vida de la poblaci贸n, entre otras cuestiones, plante贸 lo indispensable de "No derrochar alimentos que llenan los cajones de basura". 

Hoy las hambrunas son sufridas por un importante porcentaje de la poblaci贸n mundial incluyendo la de la principal potencia militar del planeta, los Estados Unidos de Am茅rica, formalmente generadora del primer Producto Interno Bruto del planeta, casi duplicando al de China, responsable del segundo PIB. Ya no afectan solamente a habitantes de zonas perif茅ricas como era, por ejemplo, la propia China, cuando Per贸n lanz贸 su reclamo al pueblo argentino. La concentraci贸n de la riqueza y los h谩bitos de despilfarro se han multiplicado desde entonces en forma exponencial. 

As铆 planteada las cosas, la convocatoria del papa argentino, viejo militante peronista, se inserta perfectamente en aquella otra del ex tres veces presidente constitucional. Convocatoria que hoy vale la pena recordar y revalorar ante la grave situaci贸n por la que atraviesa el mundo que, aunque con un menor impacto que en otras regiones, tambi茅n se hace sentir en la Argentina. En aquel momento el pa铆s sufr铆a las consecuencias de una prolongada sequ铆a, de la conmoci贸n que signific贸 la Guerra de Corea y, sobre todo del Plan Marshall mediante el cual los EUA se apoderaron del mercado europeo desplazando del mismo a la Argentina como importante proveedora. Todo ello, especialmente el referido Plan Marshall, hizo que se debiera redireccionar el comercio hacia Am茅rica Latina y la ex Uni贸n de las Rep煤blicas Socialistas Sovi茅ticas con la que el gobierno de Hip贸lito Yrigoyen hab铆a roto relaciones al producirse la Revoluci贸n Bolchevique en 1917. 

Sin embargo no exist铆an los cartoneros, degradaci贸n contempor谩nea de los viejos botelleros, aquellos que pasaban con sus carros tirados por caballos y compraban a los vecinos diversos bienes que 茅stos acumulaban para tal fin como botellas de diverso tipo, entre ellas las de sidra, bebida muy consumida por entonces. Un capitalismo m谩s racional hac铆a, por ejemplo, que las diferentes f谩bricas de bebidas hubiesen acordado la homogeneidad de sus envases, como particularmente hab铆a hecho la industria cervecera. Eso facilitaba la recuperaci贸n de las botellas y el abaratamiento de los costos de los productores y de los precios para los consumidores. Dado que las familias no guardan, por ejemplo, las botellas vac铆as y que ya no hacen falta para darlas en canje al comprar otra, salvo en casos particulares, las mismas van a parar a la basura. El sistema cambi贸 y degrad贸 al botellero comprador y apareci贸 el cartonero que cumple la util铆sima y no reconocida labor social del reciclaje al que dio su valor un peronista a la antigua como Bergoglio. 

Algo m谩s de seis d茅cadas atr谩s, Per贸n, al anunciar su nuevo plan econ贸mico, dio especial importancia a un conjunto de acciones relacionadas con la acci贸n popular mediante el adoctrinamiento en pro del ahorro y contra el consumismo y el derroche. Tareas que recayeron, fundamentalmente, en las unidades b谩sicas de la rama femenina del peronismo liderada, hasta su muerte cinco meses despu茅s, por la primera dama, Mar铆a Eva Duarte. 

"En el mundo actual no es suficiente que el gobierno de los pa铆ses elija m茅todos y tome medidas tendientes a orientar las soluciones econ贸micas. Es menester que el pueblo participe en ellas y se empe帽e en la realizaci贸n de los planes trazados por el gobierno. 

Los fen贸menos econ贸micos actuales fruto de una cambiante, irregular y ca贸tica situaci贸n mundial (algo que hoy se escucha cotidianamente), no requieren sistemas, sino reclaman soluciones concretas adaptadas a cada situaci贸n particular", se帽al贸 Per贸n en la apertura de su discurso anunciando lo que luego se conoci贸 como "Plan de Austeridad". Una l铆nea que Per贸n nunca abandon贸 y que fue clave para la realizaci贸n del Congreso de la Productividad de marzo de 1955 cuyas pautas no alcanzaron una adecuada implementaci贸n a ra铆z del golpe de septiembre de ese mismo a帽o. 

"Si es necesario nos desprenderemos de lo superfluo y si es indispensable nos someteremos a cualquier sacrificio", se帽al贸 Per贸n aqu茅l 18 de febrero cuando incluyera la prohibici贸n de construir edificios suntuarios. "El restablecimiento de ese equilibro econ贸mico familiar no puede basarse 煤nicamente en el aumento de salarios. Es menester tambi茅n que, adem谩s de las medidas gubernamentales, se ajuste la econom铆a popular y familiar", se帽al贸 Per贸n qui茅n indic贸 que el sector p煤blico deb铆a ser responsable del 50 por ciento de las soluciones en tanto que al sector social le correspond铆a un 25 y a las familias el restante 25. 

Para 茅stas: "La regla debe ser ahorrar, no derrochar. Economizar en las compras, adquirir lo necesario, consumir lo imprescindible. No derrochar alimentos que llenan los cajones de basura. No abusar en la compra de vestuario. Efectuar las compras donde los precios son menores, como cooperativas, mutuales y proveedur铆as gremiales o sociales. Desechar prejuicios y concurrir a ferias y proveedur铆as en vez de hacerse traer las mercader铆as a domicilio, a mayor precio. No ser rastacueros (alardear de lo que no se tiene) y pagar lo que le pidan, sino vigilar que no le roben, denunciando en cada caso al comerciantes inescrupuloso. Evitar gastos superfluos, aun cuando fueran a plazos. Limitar la concurrencia a hip贸dromos, los cabarets y salas de juegos a lo que permitan los medios, despu茅s de haber satisfecho las necesidades esenciales", fue parte esencial de su discurso que hoy aparece en lo profundo de los dichos papales qui茅n seguramente tambi茅n coincide con aquello de que "El ego铆smo ha sido y ser谩 siempre el peor azote de las comunidades y de los individuos". 

(*) Periodista, historiador graduado en la Facultad de Filosof铆a y Letras (FyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), docente en la Facultad de Ciencias Econ贸micas (FCE) de la UBA en "Historia Econ贸mica Argentina" y subdirector de la carrera de "Periodismo econ贸mico" y colaborador de la c谩tedra de grado y de la maestr铆a en "Deuda Externa", de la Facultad de Derecho de la UBA. Asesor de la Comisi贸n Bicameral del Congreso Nacional para la Conmemoraci贸n del Bicentenario 1810-2010.

Nota publicada por Telam el 8 de enero de 2014.