El periodista e investigador de política internacional, Carlos Aznárez, que dirige el sitio www.resumenlatinoamerican.org, defendió los dos escraches sufridos por el juez español, Baltazar Garzón en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, porque "no debe ser reverenciado como una figura defensora de los derechos humanos si en su país es parte de un aparato de represión" del cual han sido víctimas activistas e intelectuales disidentes, vascos, catalanes y hasta ciudadanos árabes.

Seguidamente, Aznarez, definió a Garzón como un "personaje muy controvertido que es parte de la ingeniera doctrinaria de represión del Estado en el país vasco", conocido por "haber fraguado sumarios contra disidentes y militantes independistas vascos, catalanes y gallegos, situación que repitió inclusive con ciudadanos árabes, como el periodista de la cadena All Jazera que después del atentado a las Torres Gemelas lo detuvo acusándolo de pertenecer a la red Al Quaeda y lo torturaron para después liberarlo porque de antemano todo el proceso era falso".

Aznarez, compañero de Rodolfo Walsh en ANCLA, atribuyó estos vejámenes en España a la denominada "doctrina Garzón", que el magistrado "comenzó a implementar en la Audiencia Nacional Nro. 5, tribunal afín al franquismo". Esa doctrina "establece la potestad de que la guardia civil española pudiera interrogar durante cinco días a los detenidos" por delitos que el juez definía terroristas, tiempo en el cual "la Policía le sacaba la piel a los detenidos con el amparo del procedimiento del juez", señaló el periodista especializado en contrainformación.

"Por situaciones como esta la Policía tiene denuncias internacionales en casi todos los organismos de derechos humanos", agregó Aznarez, para recordar la cobertura que le tocó hacer como periodista de los juicios de los años 80 que ordenaba Garzón contra militantes vascos, donde "aparecían mujeres violadas con los peores métodos de ESMA en Argentina y personas torturadas de forma bestial y el juez no hacía lugar a sus denuncias, ni las miraba y con un cinismo increíble les respondía 'eso es lo que te dijeron que digas' y les metía 10 o 12 años de cárcel".

Por último, el director de Resumen Latinoamericano aseguró "el agravante de estos procesos de Garzón en España es que no se hicieron solo contra militantes de ETA, había periodistas, estudiantes y escritores que recibían los mismos castigos", que quienes organizaban actos terroristas.