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29-06-2013 | Fútbol Argentino | |||
Independiente sufri贸 un nuevo golpe con la agresi贸n a Javier Cantero | |||
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Independiente sigue consumi茅ndose en los intereses subterr谩neos. Aquellos que dicen quererlo no aprenden. Ni los dirigentes actuales ni los ex. Ni los socios ni algunos hinchas tan bravos como aquellos que se mueven en barra. Ni siquiera los que d铆a a d铆a trasmiten sus vaivenes. La querida camiseta roja no sabe a qui茅n hacerle caso, pese a que todos le juran amor incondicional. El esc谩ndalo se plant贸 en la sede de la avenida Mitre, cortada por un piquete de presuntos socios. Adentro sobrevino el caos, un asunto inexplicable que se debati贸 entre intereses cruzados. Hace alg煤n tiempo, en estas mismas l铆neas, se pregunto qu茅 le hicieron al orgullo nacional. Hoy, a la luz de los acontecimientos, la pregunta es concreta: 驴qui茅n piensa de verdad en Independiente?
Si los Rojos quieren volver en un a帽o a primera, no parecen haber elegido el mejor camino en el principio. Hubo un presidente, Javier Cantero , abucheado, insultado y escupido en la primera asamblea de representantes de socios despu茅s del descenso a la B Nacional . Hubo gente enardecida que le exigi贸 la renuncia. Hubo un grupo de violentos que, de repente, irrumpi贸 en el gimnasio Bottaro con tanta autoridad que hasta cort贸 los cables de las c谩maras de TV que transmit铆an en vivo. Si hasta agredi贸 a otros periodistas de radio y de gr谩fica. Volaron las sillas y Cantero, expuesto como en el Coliseo romano, debi贸 irse custodiado por una puerta lateral. Los otros dirigentes hicieron lo que pudieron en el improvisado escenario antes de que los alcanzaron las fieras. Dio pena verlos. Dio pena ver as铆 a Independiente, aquel que hab铆a ca铆do a la B con tanto orgullo, con l谩grimas y sin destrozos.
En medio del remolino, las versiones se desvanecieron con un chasquido de dedos: Cantero no renunci贸 ni piensa hacerlo. Ni siquiera por algunos problemas de salud ni por las s煤plicas de su familia, harta por el cambio de h谩bitos desde que asumi贸 en el club de Avellaneda, en diciembre de 2011. Seguir谩 al frente de la entidad. Para bien o mal.
Muchas cosas llamaron la atenci贸n, si bien el clima estaba caldeado desde hac铆a mucho tiempo y hasta se hab铆a advertido sobre la posibilidad de alguna agresi贸n. Lo primero fue c贸mo la polic铆a no pudo evitar el desborde, pese a que mucho antes del comienzo de la reuni贸n se vieron a algunos barrabravas en la puerta de la instituci贸n. Pas贸 lo que se intu铆a y ni as铆 pudo neutralizarse.
Hac铆a rato que la gente de Independiente estaba mal predispuesta contra la comisi贸n directiva encabezada por Cantero. Se hab铆a manifestado en cuanto medio partidario hab铆a encontrado. Lo mismo en las redes sociales. Hasta con afiches y con panfletos an贸nimos. Habr谩 que decir, entonces, que no fueron integrantes de la barra brava los que escupieron y le tiraron botellas a Cantero en su caminata hacia el puesto de orador. Tampoco fueron los m谩s violentos los que lo amenazaron, le hicieron gestos y le profesaron los insultos m谩s hirientes para 茅l y su familia. Lastimado en su orgullo, el hombre apenas atin贸 a tirar la carpeta sobre la mesa. Eso s铆: no quiso saber nada con las advertencias de uno de los encargados de seguridad, que trat贸 de sacarlo del lugar, y se qued贸 firme. Lo peor estaba por llegar.
Cantero se acerc贸 al micr贸fono y cumpli贸 con el protocolo. Pidi贸 un minuto de silencio por los socios fallecidos y anunci贸 los aumentos en las cuotas. Entonces, sobrevino la estampida, el caos, el miedo. Cada uno se escap贸 como pudo. Se vio un pasillo salpicado con sangre y despu茅s se inform贸 que el vicepresidente Rub茅n V谩zquez y el revisor de cuentas H茅ctor Valcarce sufrieron unos cortes menores. El presidente, amargado y refugiado en su familia, analiz贸 la situaci贸n y redobl贸 la apuesta. Dijo que no dejar谩 el club en manos de los violentos (ver aparte).
En ning煤n momento se vio al l铆der de la CGT, Hugo Moyano, ni a su hijo Pablo, que participan activamente de la vida institucional del Independiente. Es m谩s, hab铆an anunciado unas horas antes que no estar铆an en el acto.
Cuando la calma volvi贸, se empez贸 a buscar los responsables. Cantero elev贸 las suspicacias y dijo que fue "entregado" en medio del agitado ambiente pol铆tico. Se sospech贸 de todos. Se le apunt贸 a una venganza de la barra brava, a la que Cantero se enfrent贸 desde que comenz贸 su gesti贸n. Tambi茅n se se帽al贸 a los ex dirigentes y muchos, por lo bajo, comentaron que vieron a mucha gente que en otro momento estuvo vinculada con el ex presidente Julio Comparada. Otras suspicacias posaron su mirada en los lazos gremiales.
"No hay duda de que fue Moyano. Conozco a los barras que tiraron las sillas [...] Conozco a cada uno de los delincuentes que tiraron las sillas. Estaban en lista de admisi贸n. Son del sindicalismo", dijo Florencia Arietto, ex jefa de seguridad de Independiente, en C5N. Cantero siempre sostuvo una dura lucha contra la barra brava, aunque en el 煤ltimos semestre afloj贸 la intensidad y acort贸 la lista de los que tienen acceso restringido a los estadios.
Nada qued贸 en claro. V谩zquez denunci贸 de viva voz una maniobra destituyente y se quej贸 por el operativo policial: "Fue zona liberada. Se hab铆a organizado un operativo de seguridad, pero a las 15 lleg贸 la orden de que los efectivos deb铆an salir de la sede".
Nadie sabe bien c贸mo continuar谩 el asunto. Se especul贸 con que la asamblea podr铆a seguir el martes o el mi茅rcoles pr贸ximos con alguna restricci贸n en el acceso. Lo concreto, por ahora, es que en el medio hay una camiseta que supo de gloria y que ahora no hace m谩s que secarse las l谩grimas..
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