26-04-2024
07-02-2011 | Por asesinatos en José León Suárez
Fiscal cuestionó dichos del ministro Casal y culpó a la "Bonaerense"
El ministro de Justicia y Seguridad aseguró que en el hecho actuó una banda organizada. Para la justicia no existen indicios en ese sentido. Gendarmería confirmó que la policía provincial usó balas de plomo en sus escopetas.

Los disparos que terminaron con la vida de Franco Almirón y Mauricio Ramos fueron efectuados por agentes policiales. A esa conclusión arribaron los peritos de Gendarmería Nacional, que determinaron que los proyectiles hallados en los cuerpos de los chicos de 16 y 19 años del barrio La Cárcova, asesinados el jueves por la tarde en José León Suárez, tras el descarrilamiento del tren de carga de la empresa Nuevo Central Argentino (CNA), son de las escopetas que utilizaron los oficiales bonaerenses en el enfrentamiento. Esta nueva evidencia se suma a la declaración de uno de los policías que participó en el hecho y que admitió que durante el conflicto se dispararon balas de plomo.

"Los plomos son todos de escopetas. Hubo 16 policías que dispararon y están identificados. Eso estrecha nuestro margen de acción, ayuda a investigar el doble homicidio y nos va a permitir conocer si hubo exceso por parte de los agentes que participaron en el hecho", dijo Raúl Sorraco, el fiscal que, junto a Marcelo Sendot y Ana María Armetta, está a cargo de la pesquisa.

Además, los voceros de la Fiscalía Nº 5 de San Martín señalaron que aún no pudo probarse que el descarrilamiento de la formación haya sido intencional. De este modo, la versión del ministro de Justicia y Seguridad provincial, Ricardo Casal, que rápidamente salió a respaldar el accionar de su tropa y afirmó que una banda organizada había actuado para robar las autopartes que transportaban los 32 vagones de la formación, terminó por derrumbarse.

"No surgen elementos para afirmar que un grupo organizado planificó el ataque. Puede haber gente que conociera el horario de los trenes, pero eso no significa que haya existido un plan para apoderarse de la carga", aseguró Sorraco.

Además, pese a que Casal insistió en todo momento con su hipótesis de una organización preparada para sabotear la marcha del transporte de carga y hacerse del botín, los fiscales recordaron que el del jueves fue el primer descarrilamiento de una formación de la empresa de trenes NCA: los anteriores robos fueron con el tren detenido sobre las vías, versión corroborada por la vocera de la compañía, Cecilia Escurrena.

Lo que sí se comprobó fue que desde el interior del barrio un grupo de personas disparó contra los efectivos. En este sentido, un vecino aportó un video filmado con un teléfono celular en el que se ve a una persona que dispara hacia el lugar donde estaba el personal policial. "No puede distinguirse el calibre de la pistola, pero se ve claramente que dispara", añadieron las fuentes.

Otro testimonio que certificó la versión policial fue el de una testigo de identidad reservada que contó ante los fiscales que cuatro jóvenes -pertenecientes a un grupo de dealers denominados "Los Transas"- disparaban contra los efectivos mientras un cómplice recogía las vainas servidas del piso.

"Los vecinos tienen mucho miedo a declarar en contra de ese grupo. Nadie quiere jugarse la vida porque le temen tanto a los que disparaban como a la policía", señaló un vocero, que evitó opinar sobre los dichos de Casal, aunque dijo que el equipo de fiscales está trabajando con mucha seriedad.

Para los investigadores, la causa es un rompecabezas difícil de reconstruir y van a esperar los resultados de las pericias para echar luz sobre esta historia, cuya trama tiene como protagonistas a dos jóvenes asesinados por balazos de uniformados, otro internado en grave estado, ningún policía herido y un ministro apurado en respaldar el accionar de una fuerza acostumbrada a los excesos. 

Sigue en grave estado otro de los heridos

Luciano Joaquín Romero, de 19 años, herido en un pulmón, continuaba internado en el Hospital Diego Thompson de San Martín. El joven fue baleado por la espalda el jueves por la tarde y llegó al centro médico en grave estado. Los médicos lo introdujeron en un coma farmacológico y al cierre de esta edición, Luciano permanecía estable.

Apenas lo internaron, su madre contó que el chico le confesó que "la policía tiraba a matar". La mujer agregó que su hijo jamás participó de los enfrentamientos armados entre "los transas" y la Bonaerense sino que iba en bicicleta a buscar cartón a un basural ubicado cerca del Camino Parque del Buen Ayre.

"Al ver los incidentes se detuvo a mirar. Fue en ese momento que recibió los dos balazos. Se quedó mirando porque había mucha gente y ahí la policía empezó a reprimir con balas", detalló la mujer.

Fuente: Tiempo Argentino, por Juan Diego Britos