"La profundización del modelo" por Maristella Svampa (*)
15-01-2025
"La profundizaci贸n del modelo" por Maristella Svampa (*)

Devenido "cristinismo" por razones de fuerza mayor, el kirchnerismo arranc贸 su tercer mandato con una ventaja inicial y una fuerte promesa. La ventaja estaba ligada al aplastante 54% de los votos en favor de la Presidenta, que dej贸 a la oposici贸n en estado de shock por un buen tiempo; la promesa alud铆a a la "profundizaci贸n del modelo" y la "sinton铆a fina", consignas que atravesaron la corta campa帽a electoral, mediante las cuales el kirchnerismo esperaba dar respuesta a aquello que algunos consideraban como "asignaturas pendientes" o "costados d茅biles" del modelo.

En vista de esta situaci贸n, y m谩s all谩 de la crisis internacional o del aumento creciente de la inflaci贸n, Cristina Fern谩ndez de Kirchner comenz贸 su segundo mandato con gran capital pol铆tico y simb贸lico. Por un lado, hab铆a demostrado capacidad para superar la adversidad, dejando atr谩s la crisis pol铆tica de 2008/2009, gracias a una combinaci贸n de crecimiento econ贸mico con pol铆ticas p煤blicas acertadas, como la asignaci贸n universal por hijo, la Ley de Matrimonio Igualitario o la propia Ley de Medios Audiovisuales. Por otro lado, todo parec铆a indicar que, por esas vueltas de la historia, luego de la muerte de N茅stor Kirchner, la reducci贸n y simplificaci贸n del espacio pol铆tico (los esquemas binarios) hab铆an terminado por beneficiar al oficialismo, ensanchando las espaldas del proyecto, con ingentes votos provenientes de las clases medias urbanas, y ello, al comp谩s de una voraz militancia juvenil, tambi茅n procedente de los sectores medios.

A nadie parec铆a preocuparle gran cosa que, gracias a esa combinaci贸n t铆pica de pragmatismo ideol贸gico y estrategia adaptativa propia del peronismo, hubiera tantos hombres en el gobierno que en los 90 hab铆an sido fervorosamente neoliberales (entre ellos, el propio vicepresidente ungido). Tampoco preocupaba demasiado que, al interior de las alianzas, la dosis de progresismo fuera escasa, ya que hasta gobernadores como Gioja, Insfr谩n o Beder Herrera, que conocen a fondo el peronismo aunque entienden poco de gram谩ticas emancipatorias, terminaron siendo refrendados por los votos. No hubo sorpresas: los argentinos votaron de manera conservadora por lo ya conocido, confirmando la continuidad, m谩s all谩 de las identidades pol铆ticas, como sucedi贸 incluso en la Ciudad de Buenos Aires.

Transcurrido un a帽o del segundo mandato de la Presidenta, el balance es inquietante. En primer lugar, profundizaci贸n hubo, ciertamente, pero en vez de "profundizar" el modelo en un sentido democr谩tico e inclusivo, lo que se observa es exactamente lo opuesto. As铆, el segundo mandato arranc贸 con la sanci贸n de la ley antiterrorista, votada por el conjunto de las fuerzas del oficialismo, y aunque el Gobierno neg贸 la posibilidad de aplicarla sobre la protesta social tanto como la existencia del Proyecto X (el plan de inteligencia y espionaje montado contra militantes y organizaciones sociales), el caso es que 2012 conoci贸 un aumento de la represi贸n y criminalizaci贸n de la protesta. El colmo lo marc贸 el secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien no vacil贸 en llevar detenidos a sesenta manifestantes hasta Campo de Mayo, aunque el premio mayor lo obtuvo la provincia de Catamarca: siete represiones en un a帽o, ligadas a la megaminer铆a, de las cuales el Gobierno nacional no habl贸 ni se responsabiliz贸 de ning煤n modo.

En el marco de puebladas y fuertes resistencias en las provincias, en 2012 el Gobierno nacional blanque贸 su alianza estrat茅gica con las grandes corporaciones mineras, al tiempo que "profundiz贸" su alianza privilegiada con Monsanto, al autorizar la construcci贸n de dos plantas experimentales en C贸rdoba y avanzar con una nueva ley de semillas en el Congreso Nacional, que va en el sentido de la mercantilizaci贸n. Incluso la ansiada recuperaci贸n de YPF comenz贸 a realizarse en clave de asociaci贸n con las grandes empresas extranjeras, y su reestructuraci贸n, lejos de promover la diversificaci贸n de la matriz energ茅tica, apunta a la explotaci贸n del gas no convencional (shale gas), prohibido en varios pa铆ses (Francia, Bulgaria, varios estados de Estados Unidos), pretendiendo avanzar con una tecnolog铆a (la fracturaci贸n hidr谩ulica) tan cuestionada como la megaminer铆a por sus efectos ambientales. As铆, de diversos modos, el Gobierno apost贸 claramente a la profundizaci贸n del modelo extractivista, con las consecuencias que eso conlleva (represi贸n, criminalizaci贸n y judicializaci贸n, destrucci贸n de territorios, p茅rdida de soberan铆a, entre otros).

Por otro lado, la masacre de Once termin贸 por desnudar las continuidades con el modelo neoliberal, mostrando que este hecho, que cost贸 la vida a 51 ciudadanos, no fue una contingencia m谩s; que existen formas de la precarizaci贸n que est谩n directamente vinculadas a la relaci贸n que el gobierno actual mantiene con empresas privadas, cuyas ganancias se asientan sobre millonarios subsidios que pagamos todos los argentinos.

En segundo lugar, parte de la ventaja inicial con la que contaba el Gobierno tuvo su efecto boomerang. Como reza una vieja frase, "si el poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente". Sentado sobre el 54% de los votos, este gobierno termin贸 por confundir legitimidad electoral con licencia social, creyendo que la obtenci贸n de la mayor铆a significaba un cheque en blanco.

En este orden, la "profundizaci贸n del modelo" se tradujo por la imposici贸n de lo que algunos llaman el presidencialismo absoluto. Sin embargo, esta mayor concentraci贸n del poder presidencial, de la mano de una democracia delegativa, conllev贸 una contracci贸n y resquebrajamiento de las alianzas sociales: ciertamente, desde la ruptura con el sindicalismo empresarial plebeyo que representa Moyano, y la posterior articulaci贸n entre diferentes corrientes del sindicalismo (con el paro del 20N), hasta el (re)quiebre con amplios sectores de las clases medias, ilustrado por las masivas movilizaciones del 13S y el 8N, el caso es que el Gobierno tiene las espaldas visiblemente m谩s estrechas que hace un a帽o. Asimismo, la consolidaci贸n de un modelo extremo de presidencialismo acrecent贸 el conflicto entre poderes, a partir del avance del Poder Ejecutivo sobre la Justicia, cuya escalada se ha hecho notoria en los 煤ltimos d铆as.

Todo este panorama muestra que, m谩s all谩 de las dificultades para salir de la trampa de los esquemas binarios que hoy prevalecen en Argentina, y que muchos reducen al enfrentamiento entre el multimedios Clar铆n y el Gobierno nacional, el pa铆s tiene numerosos problemas sociales, pol铆ticos, institucionales -por no hablar de los econ贸micos-, que desbordan claramente dicha oposici贸n.

En suma, la Argentina sigue siendo un pa铆s imprevisible, de mucho v茅rtigo pol铆tico. Sin pretender que se trate de un rayo en un d铆a de sol, el caso es que estamos atravesando un momento de "profundizaci贸n del modelo" en el cual gran parte de las demandas de democratizaci贸n -se expresen en marchas masivas, protestas sociales o reclamos de autonom铆a de otros poderes- terminan por ser descalificadas, bastardeadas o neutralizadas, en nombre de una democracia sustentada en el presidencialismo absoluto.

*Soci贸loga y escritora, miembro de Plataforma 2012.
Nota de opini贸n publicada en diario Perfil.