Claudio Paolillo, editor del semanario Búsqueda de Uruguay y presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, preside la misión que la asociación decidió enviar a la Argentina los días 6 y 7 de diciembre, para evaluar in situ el estado de la libertad de expresión en Argentina, y que está integrada también por Fernán Molinos (diario La Prensa de Panamá), Elizabeth Ballantine (The Durango Herald, Colorado, Estados Unidos), Miguel Henrique Otero (El Nacional, Venezuela), Alejandro Miró Quesada, (Cosas Internacional, Perú), Asdrúbal Aguiar (El Impulso, Venezuela), Marco Zileri, (Revista Caretas, Lima, Perú), Ed McCullough (Associated Press, Miami, Florida), Alvaro Caviedes (La Tercera, Chile), Alexandre Jobim (Grupo RBS, Brasil) y Julio Muñoz, director ejecutivo de la SIP.

En su llegada a la Argentina, Paolillo habló con InfoBAE y entre otras cosas señaló "...estamos a favor de que la información sea difundida por varias bocas, estamos en contra de los monopolios tanto públicos como privados porque le hacen mal a la Democracia".

-¿Cuáles son las expectativas de la SIP en esta nueva visita a nuestro país?

- Las expectativas son clarificar en la medida de lo posible cuál es el verdadero estado de la libertad de expresión en la Argentina. Estamos viniendo a pedido de algunos de los diarios socios de la SIP, La Nación, Clarín, La Voz del Interior, La Gaceta de Tucumán y otros que nos han manifestado en la asamblea que hicimos en octubre en San Pablo en que hay una situación muy complicada aquí como consecuencia del famoso 7D pero, y esto lo quiero recalcar, no venimos a defender los negocios del grupo Clarín. Venimos a ver si, efectivamente, como nos dicen los que nos pidieron que viniéramos, está en algún estado de riesgo la libertad de expresión.  Es decir, para lo mismo que hemos venido cada vez que vinimos a Argentina y otros países de América, como en el 78 cuando hicimos un documento muy duro (ver documento relacionado) contra la dictadura militar y contra la complicidad de los grandes diarios de la Argentina que no denunciaban nada de lo que estaba pasando, salvo el Buenos Aires Herald, dirigido por Robert Cox, que fue presidente de la SIP también. Tenemos una historia de simplemente venir a ver cómo está la libertad de expresión. Y no de defender los negocios de los medios.

- ¿La coincidencia con el 7D le parece oportuna?

- Nuestros socios nos dijeron que era imprescindible que viniéramos en esta fecha.

- ¿Cuáles son los mecanismos que van a utilizar para evaluar ese riesgo?

- Además de la audiencia en el Senado, con periodistas y congresistas, vamos a tener reuniones con el Consejo de la Magistratura, con intelectuales, gente de la cultura, con constitucionalistas, con todos los socios argentinos de la SIP, incluso con aquellos que no participaron de este pedido de que viniésemos, como El Día de La Plata o Popular. Hemos pedido también una audiencia con la Presidente de la Nación, ella acusó recibo de la solicitud pero desgraciadamente no concretó nada. Lo mismo pasa con las reuniones que hemos pedido con miembros del oficialismo, del gobierno y con el titular de la AFSCA Martín Sabatella. Hasta ahora no han respondido afirmativamente a esos pedidos.

-¿Cuándo tuvo lugar la anterior misión de la SIP?

- Hace un año y medio, ésta es la tercera misión de la SIP en la era del kirchnerismo. Una hubo en el 2005 cuando el presidente era Néstor Kirchner y cuando algunos de los que hoy nos piden venir eran socios del Gobierno… de hecho, uno de los últimos actos de gobierno del presidente Néstor Kirchner fue autorizar las licencias para el grupo Clarín que hoy la presidente Cristina Fernández quiere retirar, mejor dicho, quiere aplicar la Ley de Medios que significaría el retiro de las mismas. En Argentina no es blanco o negro la situación.

-¿Siempre vienen por pedido de los socios?

- A veces la presidencia de turno de la SIP decide que una situación justifica el viaje. En el 2005 no vinimos por pedido de nadie, sino porque en las asambleas nuestras -que se hacen cada seis meses- había reiterados planteos por actitudes prepotentes que afectaban el ejercicio de la libertad de expresión por parte del gobierno de Néstor Kirchner, pero no fue a pedido de los socios. Como no fue a pedido de los socios la de 1978. Los socios eran los mismos y nosotros no sólo denunciamos a la dictadura sino también a los socios que no hacían lo que tenían que hacer cuando se vivía tanto horror en la Argentina.

- ¿Usted vuelve sobre ese tema como forma de responder por anticipado a las críticas que siempre recibe la SIP de connivencia con dictaduras en el pasado?

- Sí, y con la CIA… Pero la SIP estuvo contra la dictadura de Argentina, contra la de Stroessner en Paraguay, contra la dictadura uruguaya -soy muy consciente de eso-, contra la dictadura de Somoza en Nicaragua. En realidad, hay una historia que se escribe sobre la SIP que no se condice con los hechos. El documento de la SIP del año 1978, dos años después del golpe de Estado y cinco antes de que terminara la dictadura militar, es decir, cuando las papas quemaban, cuando se estaba torturando y haciendo desaparecer gente, y ese documento denunció todo y fue incluso en aquel momento rechazado por varios de los diarios socios de la SIP.

- Y de la segunda visita durante el kirchnerismo, es decir, la anterior a la actual, ¿qué conclusiones sacó?

- Esa visita fue a pedido de algunos socios. En aquel momento hubo una conclusión bastante dura sobre la actitud del Gobierno hacia la libertad de expresión en general.

- ¿Pero ustedes incluyen por ejemplo la Ley de Medios en esa actitud negativa?

- No, nosotros estamos a favor de la intención de la Ley de Medios que es generar la mayor cantidad de voces posibles, estamos a favor de que la información sea difundida por varias bocas, estamos en contra de los monopolios tanto públicos como privados porque le hacen mal a la democracia. Algunos socios argentinos nos han dicho que la ley de medios se está aplicando selectivamente, sólo contra un medio; pero eso lo vamos a ver acá. Repito, venimos a ver si eso es verdad o no.

- Tengo entendido que las conclusiones las emiten casi de inmediato…

- No, hacemos unas conclusiones muy primarias al término de la visita, pero luego yo tengo que redactar un informe muy a fondo sobre todo lo que recabemos aquí y que se va a presentar en marzo en nuestra asamblea de Puebla, México. Venimos tratando de sacarnos todos los preconceptos que cada uno pueda tener en la cabeza, con la mente abierta, tenemos por ejemplo una reunión con una asociación de diarios del Interior que en el pedido de encuentro que nos hizo nos dice que Clarín trata de no cumplir con una ley de la democracia. Y repito: nos hubiera encantado conversar con la Presidenta que por supuesto tiene el mayor conocimiento de la génesis, la intención y la voluntad de la aplicación de la Ley.