Por su parte, el coordinador de Servicios Técnicos de Merial Argentina S.A., Arturo Almada, señaló que en las zonas inundadas las áreas de pastoreo se han reducido significativamente y que por ello hay un mayor hacinamiento de animales, "aumentando el riesgo de enfermedades".

"Lo más efectivo es intentar prevenir para evitar ir directamente a la curación del animal porque siempre resulta mucho más costoso y muy poco efectivo dado que algunos animales terminan muriendo", agregó el especialista.

En declaraciones a Infonoroeste, Almada recomendó hacer hincapié en la prevención con un plan más sanitario y riguroso, vacunando a los animales contra las enfermedades infecciosas y "desparasitar hasta fines de diciembre para alivianar un poco la carga de parásitos".

Por cierto, en las zonas inundadas la hacienda está sometida a mayores riesgos sanitarios, que compromete la producción actual y futura. Entre los posibles tipos de enfermedades que pueden aparecer se cuentan las parasitarias, las clostridiales y las infecciosas.

Por otra parte, Juan Pablo Nemoz, técnico del INTA Azul, consideró que "cuando hay una gran cantidad de agua en el suelo es fundamental decidir cuáles son los lugares más apropiados para que los rodeos de hacienda descansen y puedan, por ejemplo, parir".

A su vez, agregó "para esto es necesario realizar un diagnóstico certero de la situación y de las características del relieve, del suelo y de los rodeos para determinar las prácticas de manejo que ayudarán a disminuir el efecto de las inundaciones".

Por último, Daniel Méndez, especialista del INTA General Villegas, recomendó "cumplir con el plan de vacunación para evitar pérdidas y utilizar vacunas de nueva generación que cuentan con mayor eficacia que las vacunas tradicionales".

E.V