20-04-2024
"El cacerolazo y el temor a Dios en el mundo al rev茅s" por M贸nica Peralta Ramos *

El cacerolazo ocurrido recientemente en Buenos Aires y en el interior del pa铆s constituye un elemento nuevo en la coyuntura pol铆tica que no puede ser ignorado. Pensamos que para comprenderlo es necesario adentrarse en el laberinto del "mundo al rev茅s" que caracteriza la pol铆tica argentina, haciendo visibles las relaciones de fuerza entre distintos sectores sociales y sus reverberaciones sobre la legitimidad pol铆tica.

El cacerolazo fue una expresi贸n autoconvocada de disgusto social que puso en evidencia la incapacidad de los partidos pol铆ticos de oposici贸n para expresar el descontento social. Fue precedido por mails en cadena instando a ganar la calle. Fue tambi茅n el resultado de una campa帽a sistem谩tica -de los medios de comunicaci贸n m谩s poderosos y de los intelectuales y partidos de oposici贸n- para imponer un relato basado en t茅cnicas de desinformaci贸n destinadas a ocultar la actual estructura de poder en la Argentina. Esta 煤ltima se caracteriza por el control monop贸lico y oligop贸lico que unos pocos grupos econ贸micos tienen, tanto sobre la producci贸n y comercializaci贸n de bienes de importancia estrat茅gica para el conjunto de la econom铆a como sobre la emisi贸n de valores, s铆mbolos y mensajes que cristalizan en una determinada interpretaci贸n del pasado y del presente destinada a legitimar dicha estructura de poder.

La narrativa de oposici贸n usa un discurso basado en verdades a medias, en la tergiversaci贸n de los objetivos del Gobierno, en el ocultamiento de los hechos y en la profusi贸n de mentiras. Persigue, as铆, el ocultamiento de las ra铆ces del poder e impulsa el reinado del "mundo al rev茅s", un mundo donde las causas de los fen贸menos desaparecen, donde los intereses econ贸micos y pol铆ticos de los actores sociales se invisibilizan, donde el conflicto principal se oculta tras el retumbar de conflictos secundarios que no cuestionan la estructura de poder. El mundo al rev茅s produce la fragmentaci贸n al infinito de los actores sociales y su embretamiento en luchas parciales que multiplican las divisiones y el sectarismo. Persigue adem谩s la confusi贸n de estos actores sociales respecto de lo que es importante y lo que es secundario; su cooptaci贸n en defensa de intereses que son antag贸nicos a los suyos; su identificaci贸n con valores y pautas de consumo que son un mero espejismo del nivel de consumo de los poderosos, un consumo vedado para la mayor铆a de la poblaci贸n que vive de sus salarios. Pero no todo es blanco o negro y el mundo al rev茅s tambi茅n se reproduce por otros medios, entre los cuales queremos destacar aqu铆 el propio funcionamiento institucional y algunas acciones y pr谩cticas de actores sociales que, parad贸jicamente, intentan introducir cambios en la propia estructura de poder. As铆, m谩s all谩 de las intenciones, el mundo al rev茅s se alimenta tambi茅n de la desinformaci贸n oficial, la falta de transparencia de los actos de gobierno, la corrupci贸n, la prevalencia del inter茅s inmediato y las luchas sectoriales. Interesa entonces analizar el cacerolazo desde la perspectiva de algunos de los m煤ltiples factores que contribuyen al reinado del mundo al rev茅s y su consecuencia: un sectarismo que, cual lava volc谩nica, se desparrama por la sociedad.

El relato opositor se sintetiza en la consigna: "basta de autoritarismo, inflaci贸n, corrupci贸n e inseguridad" y su secuela es: "Fuera los K". Valgan aqu铆 unos pocos ejemplos del uso de la desinformaci贸n: la voluntad oficial de permitir el voto de los j贸venes mayores de 16 a帽os se presenta como un intento "fascista" de asegurar el 茅xito oficial en las pr贸ximas elecciones. No importa que un an谩lisis serio muestre que el voto de los j贸venes no significa necesariamente un voto por el kirchnerismo y que, de ocurrir esto 煤ltimo, su influencia sobre el resultado final ser铆a 铆nfima. Esto no se dice. Otro ejemplo: la ley de medios se presenta como el avasallamiento de la libertad de expresi贸n. Sin embargo, esta ley busca desmembrar a los grupos monop贸licos que hoy controlan a los medios de comunicaci贸n. Esto 煤ltimo se ignora. Se acusa al Gobierno de aplicar la l贸gica de "si no sos mi amigo, sos mi enemigo", pero todos aquellos que piensan distinto a lo que expresa el poder medi谩tico exponen el "pensamiento K" o "est谩n a sueldo del oficialismo". No hay medias tintas.

En los 煤ltimos tiempos, esta campa帽a medi谩tica se ha radicalizado. En esto seguramente ha incidido la decisi贸n de la Corte Suprema de no hacer lugar a la cautelar que intenta obstruir la implementaci贸n de la ley de medios as铆 como tambi茅n la estatizaci贸n de YPF, la aplicaci贸n de nuevas medidas destinadas a profundizar el control de cambios, la fiscalizaci贸n de impuestos y la orientaci贸n del cr茅dito privado hacia el sector productivo. S煤bitamente el relato opositor encontr贸 una nueva bandera de lucha: el miedo a la persecuci贸n ciudadana. Una frase usada por la Presidenta en una videoconferencia reciente: "Solamente hay que tenerle miedo a Dios, y a m铆 en todo caso un poquito" fue sacada del contexto en que fue dicha -el control de la gesti贸n de los funcionarios del Poder Ejecutivo a fin de evitar actos de corrupci贸n- y "pegada" al relato del autoritarismo. Se ocult贸 as铆 su verdadero significado y la inminente persecuci贸n de los que piensan distinto pas贸 a estar a la orden del d铆a. 驴Pero qu茅 dijo CFK en esta oportunidad para levantar tama帽a polvareda? Simplemente corri贸 por un instante el velo que oculta a la estructura de poder. En efecto, por un lado explic贸 su uso leg铆timo de la cadena oficial para explicar los logros de su gobierno debido a la existencia de un control monop贸lico e ileg铆timo de la informaci贸n, y aludi贸 al pr贸ximo fin de esta situaci贸n. Por el otro lado, respondiendo a las cr铆ticas del presidente de una empresa multinacional argentina respecto de la falta de competitividad de la econom铆a, la p茅rdida de rumbo de la gesti贸n oficial y el alto nivel de los salarios argentinos, CFK record贸 el origen del monopolio de esta empresa basado en la compra a precio de chatarra de la empresa estatal Somisa durante la era de las privatizaciones. Se帽al贸 la protecci贸n que el Estado ha brindado y brinda a este grupo empresario, las enormes ganancias que el mismo ha realizado y realiza y la decisi贸n de su gobierno de no hacer del salario una variable de ajuste. Por 煤ltimo, CFK cuestion贸 la conducta de los grandes grupos econ贸micos que -en connivencia con el Fondo Monetario Internacional- han impuesto a los gobiernos argentinos las pol铆ticas que los benefician.

Pareciera entonces que el miedo al autoritarismo de CFK es en realidad el miedo de ciertos sectores a la p茅rdida de lo que consideran su "derecho inmanente" a controlar al Estado. Desde nuestra perspectiva, lo que est谩 entonces en cuesti贸n es la visibilidad de las ra铆ces del poder econ贸mico y pol铆tico y la posibilidad de utilizar al Estado para imponer cambios en la estructura de poder. Hoy en d铆a el conflicto pol铆tico m谩s importante es el que se opone a aquellos que reivindican el poder de los monopolios y su derecho a reproducir su control sobre la sociedad y aquellos que intentan cuestionar esas relaciones de poder impulsando un desarrollo con inclusi贸n social, integraci贸n nacional y democracia. Uno de los objetivos del relato opositor es ganar para su causa tanto a aquellos que no votaron a este gobierno como a los que se perjudican con la inflaci贸n. En el cacerolazo participaron muchos segmentos de la clase media juntamente con los sectores de mayores ingresos. Expresaban as铆 su repudio a un gobierno que supuestamente los perjudica y al cual probablemente no votaron. M谩s all谩 de c贸mo estos sectores perciben la pol铆tica oficial, o de su participaci贸n en el boom del consumo de los 煤ltimos a帽os, o de que est茅n o no cautivos de un "sectarismo gorila", es indudable que la mayor铆a de la poblaci贸n se perjudica con la inflaci贸n. Esto remite a la necesidad de hacer sinton铆a fina con las pol铆ticas del Gobierno, analiz谩ndolas desde la perspectiva de su contribuci贸n -aunque sea involuntaria- al reinado del mundo al rev茅s.

No se puede ignorar ni minimizar la inflaci贸n cuando 茅sta es en primera instancia consecuencia del poder monop贸lico y oligop贸lico ejercido por ciertos grupos econ贸micos sobre segmentos estrat茅gicos de las cadenas de valor y de la comercializaci贸n interna y externa. Este poder es lo que permite que estos grupos sean "formadores de precios" y tengan as铆 un poder ilimitado sobre la determinaci贸n de los precios. En este sentido, el Gobierno no ha hecho pleno uso de los recursos que tiene para controlar el abuso de la posici贸n dominante en el mercado. Asimismo, a trav茅s de la Secretar铆a de Comercio Interior ha entablado desde tiempo atr谩s "negociaciones" con algunos grupos empresarios para evitar la suba de precios. Estas negociaciones no han logrado su objetivo. Por otra parte, recientemente se han tomado medidas tendientes a reforzar el control cambiario y la fiscalizaci贸n de impuestos. Si bien es imprescindible impedir la fuga de capitales y la evasi贸n impositiva, la racionalidad econ贸mica y pol铆tica de las 煤ltimas medidas -y de su forma de aplicaci贸n- deber铆a de ser analizada y explicada a la sociedad, especialmente cuando estas medidas tienen por destinatario a vastos segmentos sociales que no "mueven el amper铆metro" en la fuga de divisas y son a su vez v铆ctimas de un sistema tributario heredado del Proceso militar, un sistema que es altamente regresivo.

La forma en que el Gobierno enfrenta a la inflaci贸n es decisiva para la legitimidad institucional y pol铆tica. El voto es una fuente indiscutible de legitimidad, pero no debe ser la 煤nica. Sobran los ejemplos de anquilosamiento de las democracias electivas y del impacto que esto tiene sobre los partidos pol铆ticos, las instituciones y la inclusi贸n social. Por eso es necesario recrear la legitimidad todos los d铆as, trasparentando los actos de gobierno y revisando su eficacia para el logro de los objetivos propuestos. Tambi茅n es necesario impulsar la democracia dentro de los partidos pol铆ticos y sindicatos a fin de garantizar su representatividad. M谩s a煤n, es imprescindible crear nuevos canales institucionales que permitan la participaci贸n organizada de la ciudadan铆a en la lucha contra la inflaci贸n, en la discusi贸n de pol铆ticas y en el control de gesti贸n. Esto permitir谩 profundizar la inclusi贸n social, articular alianzas con otros sectores sociales y reproducir la legitimidad pol铆tica. El mismo principio de participaci贸n debe aplicarse en relaci贸n con otros problemas que erosionan la legitimidad: la inseguridad y la corrupci贸n. Esta participaci贸n ciudadana debe darse "desde abajo hacia arriba" para llegar a las distintas instancias de gobierno: municipal, provincial y nacional. Esto implica recorrer un largo camino. Pero el solo hecho de empezar a caminar en esta direcci贸n permitir谩 arrojar un haz de luz sobre las tinieblas impuestas por el mundo al rev茅s creando nuevas fuentes de legitimidad pol铆tica que permitir谩n consolidar lo ya logrado -que no es poco- y profundizar la inclusi贸n social, la integraci贸n nacional y la democracia.

* Soci贸loga, autora de La econom铆a pol铆tica argentina. Poder y clases sociales. P谩gina 12. s谩bado 13 de octubre 2012