18-04-2024
Las dos claves de la victoria de Hugo Chávez por Ernesto Wong Maestre(*)

El acto de elegir al Presidente de la República es un acontecimiento cumbre, donde cada ciudadano y ciudadana habilitados para votar asisten a uno de los centros de votación y en condiciones claras y seguras expresan secretamente su opinión que por lo regular antes ha sido expuesta públicamente en razón de su participación política, no solo en los espacios creados en las semanas de campaña presidencial, sino también en los diferentes momentos y lugares donde interactúan las personas en su relacionamiento social.

Como manifestación de la conducta electoral cada opinión expresada en el voto es resultado de una combinación de creencias, valores y esperanzas que van moldeando la actitud hacia uno u otro candidato pero también de condiciones idóneas para que se hagan efectivos los votos y no puedan ser escamoteados por el o los adversarios.

De manera que el resultado de cualquier votación en elecciones presidenciales es consecuencia del balance, en un solo día determinado del período presidencial, entre grandes cantidades de personas que coincidiendo en creencias, valores y esperanzas encuentran las condiciones y circunstancias idóneas para votar y estar seguras de que se respetarán sus decisiones, resultando ganador el candidato que más personas logre convencer a nivel nacional, voten por él y sea reconocido por el máximo ente del poder electoral.

En este proceso electoral presidencial en Venezuela el ganador inminente es el Comandante Presidente Hugo Chávez Frías a pesar de los intereses contrarios de la burguesía criolla y del aparato mundial de dominación imperial que accionan en estrecha alianza, según ha quedado evidente, sobre todo, en los grandes medios de comunicación que esparcen por todas sus vías las líneas de acción y matrices contra la candidatura del líder bolivariano.

Entonces ¿por qué una clara mayoría de ciudadanos y ciudadanas votará por Chávez y será proclamado por el Consejo Nacional Electoral en la noche del 7 de octubre? Veamos.

En primer lugar, debemos considerar que Chávez, quien ha logrado encarnar el presidente ideal que la amplia mayoría de votantes desea tener, ha conducido la nave de la nación de forma eficaz y eficiente, en sentido objetivo y subjetivo, a través de un embravecido mar de conflictos, casi todos vinculados, tanto a las aspiraciones sociales acumuladas en varias décadas de capitalismo depredador, como a los intereses de las clases y grupos asociados a las caducas estructuras establecidas en los sectores del capitalismo criollo dependiente de Estados Unidos, precisamente las que el presidente venezolano está tratando de desestructurar mediante diversas políticas, no excluyentes, o con medidas revolucionarias contra quienes transgreden la ley o especulan criminalmente aprovechando la baja oferta.

La dirección estratégica de la Nación, ejercida por Chávez, en la forma antes mencionada, que es apreciada por la mayoría de los votantes como brillante para muchos, adecuada o ajustada a las posibilidades reales para otros, ha fructificado ante todo en esa fuerza revolucionaria cada vez más unida, integra y decidida en llevar a vías de hecho el socialismo bolivariano, sistema que en la medida en que se va construyendo, el líder bolivariano y sus millones de seguidores lo van corrigiendo y perfeccionando, siempre en función de una mejor democracia o mejor poder del pueblo.

Así lo observamos a diario y lo constatamos cuando comparamos los niveles de unidad revolucionaria en el referendum no ganado del 2007 y estas elecciones del 2012 en que el Comando de la Campaña Carabobo, a diferencia de los anteriores Comandos, ha podido desarrollar su labor por todo el país con un nivel de respaldo popular, organización y apoyo de dirigentes intermedios mucho mayor que en años anteriores, aún cuando en ese ámbito de las direcciones estadales y municipales haya que avanzar mucho más rápido, profundo e integralmente.

De manera que la unidad revolucionaria de las fuerzas bolivarianas, surgidas en 1998 con el proceso electoral presidencial, potenciadas en 1999 y 2000 con las victorias de Chávez en la Constituyente y en su segunda elección como mandatario basada en la nueva Constitución, tuvo sus dos primeros grandes retos en el golpe de Estado de abril del 2002 y en el sabotaje petrolero de ese mismo año que alcanzó los primeros meses del 2003.

Fue cuando el Comandante Chávez crea Misión Robinson (1/4/2003) como instrumento para eliminar el analfabetismo, expresión de la ignorancia y de las limitaciones para avanzar en la cohesión de los trabajadores y excluidos. La unidad revolucionaria en la construcción del socialismo presupone siempre actos cada vez más conscientes.

Fortalecida la unidad revolucionaria a partir de las victorias del 2002 y 2003, la burguesía pro-imperial optó por acudir al referéndum revocatorio para detener la acción transformadora de Chávez y se atrevió a mostrar con nombres y apellidos quienes estaban interesados en obstaculizar la plena independencia de la Nación, establecida en la nueva Constitución como una de las banderas principales del único líder venezolano de la historia del país que junto a su pueblo ha resistido un golpe de Estado militar y un sabotaje económico contra la primera fuente de ingresos de Venezuela.

La audacia de Chávez, esa que es reconocida por esa amplia mayoría que lo reelegirá el 7-O, mostró a fines de 2004 e inicios del 2005 cuando él propuso la vía socialista por la que debía transitar Venezuela, que ya la intrepidez bolivariana era una cualidad que podría contribuir a convencer cada vez más a los venezolanos y venezolanas en la necesidad de la acción unida en torno al ideal socialista que hasta esos momentos, quienes lo habían enarbolado antes, siempre habían fracasado en los procesos electorales.

La unidad revolucionaria alcanzada hoy, que permite avizorar una próxima victoria aplastante, tuvo en el referéndum de las reformas constitucionales en el 2007 que no fueron aprobadas, un sacudón político que sirvió para potenciar más la cohesión de las filas bolivarianas en torno a Chávez quien un año antes había logrado romper los récord políticos con su triunfo en la reelección presidencial, con más de 7 millones de votos.

Por razones de la burocracia parlamentaria la inteligente propuesta del líder se convirtió, en pocos días, en un blanco muy extenso de los ataques de las campañas mediáticas de la burguesía, y ello constituyó una experiencia decisiva en el imaginario colectivo y entre los dirigentes de la Revolución.

Esa mayor cohesión antes apuntada, en torno al líder socialista, se expresó en las siguientes elecciones regionales de noviembre de 2008 cuando se ganó la gran mayoría de las alcaldías y las gobernaciones, y en febrero del 2009 con la victoria chavista en el referéndum para enmendar la Constitución y poder reelegir a Chávez.

A partir de ahí, fue tal la unidad revolucionaria en torno al invencible líder que todo aquel dirigente electo con el apoyo de Chávez que no desempeñó un papel bolivariano y se distanció o decidió enfrentarlo, perdió el apoyo de la mayoría que lo había elegido y son hoy cadáveres políticos.

Todo este proceso de unidad bolivariana ha transcurrido sobre la base de la práctica revolucionaria masiva la cual ha generado miles de logros y conquistas sociales, y soportada por el estudio más intenso y masivo de las experiencias socialistas y de teorías anticapitalistas, cada vez de forma más organizada, intensa y diversa, aunque aún insuficiente.

Las transformaciones políticas iniciadas y que hoy continúan en los cinco poderes constitucionales (ejecutivo, legislativo, judicial, electoral y moral) que caracterizaron la primera etapa de la Revolución Venezolana (1998-2004) se fueron fundiendo con los cambios en las estructuras económicas y en la infraestructura y la formación de profesionales bolivarianos ocurridos en la siguiente etapa que se inicia con la creación en diciembre del 2004, junto a Cuba, del ALBA, hoy Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América; con el lanzamiento de los 5 objetivos estratégicos y casi al unísono, la propuesta de la vía socialista hecha en el domo Gigantiño, durante el Foro Social Mundial de Porto Alegre, Brasil, en enero del 2005, conjuntamente con la puesta en marcha de forma masiva y periódica de las integradoras Misiones Sociales.

Es en esta etapa que se abre en el 2007 cuando se impulsan o inician, basados en el 1er Plan Socialista de la Nación (2007-2013) los grandes proyectos de desarrollo de la infraestructura y se comienzan a diseñar los magnos proyectos productivos, muchos de ellos en alianza con otros países del ALBA y potencias emergentes como China, Rusia, Bielorrusia e Irán. Ello explica el incremento de los ataques de la burguesía criolla con apoyo de las fuerzas retrógradas estadounidenses.

De forma tal que el mayor nivel alcanzado en la unidad revolucionaria, como máximo acontecimiento político-social de un proceso revolucionario, resultado de las transformaciones políticas y económicas, es la expresión fehaciente, y a su vez consecuencia, de esas condiciones idóneas (ideológicas y organizativas), aunque no perfectas, para que esa amplia mayoría electoral de naturaleza bolivariana, revolucionaria y socialista se exprese este 7 de octubre a favor del socialismo bolivariano.

La mejoría sustancial en la organización estatal, aún con muchos retos por vencer, que se irradia por todas las instituciones públicas y las propias Misiones, nutridas con fuerzas de trabajo joven, egresadas de la Universidad Bolivariana de Venezuela, la UNEFA, y otras universidades experimentales vinculadas a la Misión Sucre, conjuntamente con un mayor nivel de formación ideológica socialista, han condicionado significativamente el proceso de toma de decisiones personales para participar en la arena política.

Ese mayor nivel de formación ideológica es alcanzado por esa dialéctica del conocimiento entre práctica y teoría, donde la práctica se prioriza, aún corriendo el riesgo de ser en ocasiones una práctica ciega, al carecer del suficiente fundamento teórico debido a las exigencias generadas por las condiciones particulares de Venezuela en donde la burguesía, decidida a detener los cambios revolucionarios, extiende sus ramificaciones de poder por un amplio espacio social abierto por el tipo de economía rentista petrolera.

Tanto en la unidad revolucionaria como en la mejoría de la organización estatal, dos fuentes claves del poder revolucionario que se interinfluyen, Chávez, un líder sin complejos, ha tenido un papel altamente significativo. La forma como lo ha hecho y logrado debería ser motivo de estudio intenso por parte del pueblo y de todos los aspirantes a candidatos en las próximas elecciones regionales de fines de año, y también por quienes deberán seleccionar, designar o elegir a estos candidatos para que en la etapa 2013-2019 se avance en el cumplimiento de los cinco objetivos históricos propuestos por el Comandante Presidente.

Mejor formación ideológica que favorezca la unidad revolucionaria, sobre la cual escribí varios artículos entre 2007 y 2009, y un mayor nivel de organización del Estado en transformación, y en pleno tránsito del Estado capitalista al socialista, constituyen las dos claves que constantemente están recreando y reforzando las creencias, los valores y las esperanzas de esa amplia mayoría creciente que producirá la victoria perfecta el próximo 7 de octubre.

Si a este panorama se le suma el análisis de la dimensión opositora, en este caso funesta y falaz, se comprenderá que las dos claves señaladas anteriormente son impactadas de forma diferente por las campañas manipuladoras de la burguesía y a su vez, ambas (unidad revolucionaria y organización estatal), cada vez son más capaces de neutralizar dichas campañas. Es esta creencia sobre la cual los revolucionarios, como el audaz Chávez, desarrollan las estrategias políticas para alcanzar los objetivos trazados.

Este rotundo éxito contribuirá a consolidar lo que es definido por Chávez como el mayor logro alcanzado por él como líder de la Revolución Bolivariana: Haber sacado a Venezuela del abismo al que la llevó el capitalismo, defendido por quienes este domingo de elecciones presidenciales volverán a caer vencidos por el Huracán Bolivariano.

(*) Profesor cubano y analista internacional.
Resumen Latinoamericano. http://www.resumenlatinoamericano.org/