Gustavo Santaolalla: “La falta de experiencia de los jóvenes nos refresca a todos”
30-12-2024
23-09-2012 | Luego de su recorrida con el Plan Nacional Igualdad Cultural
Gustavo Santaolalla: “La falta de experiencia de los jóvenes nos refresca a todos”
Terminó su recorrida con el Plan Nacional Igualdad Cultural. Para el verano porteño aparecerá un nuevo disco con su banda, Bajofondo. Mientras tanto, habla de todo sin dejar de hablar de música. Después de una reunión, poco antes de otra.

La vida de Gustavo Santaolalla parece no tener descansos. Funciona como una sucesión de proyectos -muchas veces paralelos- que son ordenados y ejecutados con una capacidad productiva y concentración casi oriental.

A los 61 años, quien fuera líder de los míticos Arco Iris; partícipe fundamental del disco/proyecto De Ushuaia a La Quiaca, de León Gieco; una marca registrada como productor artístico de músicos tan disímiles como Café Tacuba, Divididos, Calle 13 y Jorge Drexler, y ganador de dos premios Oscar por las bandas de sonido de las películas Secreto en la montaña y Babel, resuena del otro lado del teléfono con un entusiasmo juvenil. Su participación en el Plan Nacional Igualdad Cultural y la gira global y el nuevo disco por venir de su banda Bajofondo parecen refrescar sus energías mucho más de lo imaginado. Pero más allá de los tiempos y las cuestiones de agenda, Santaolalla es un hombre apasionado por la música y sus circunstancias, y acaso por eso responde cada pregunta sin mayores reservas.

"Disfruto muchísimo de lo que hago. De todo. Afortunadamente me suceden cosas maravillosas. Hace muy poco en San Juan se me acercó una chica de unos 15 años, fanática del rock de los '70, y me cantó 'Mañanas campestres'. Después vino un grupo de chicos de más o menos la misma edad para que les firmara el disco de Bajofondo. Son gestos de cariño que me hacen muy feliz. Adoro cantar mis canciones porque creo que han aportado algo a la música de mi país, pero al mismo tiempo no me encierro en la nostalgia. Me encanta mirar al futuro y ver que hago una música nueva, que tiene influencias, como todo, pero que no se ciñe a ningún modelo. Poder hacer estas cosas y ser reconocido con tanto afecto y a la vez sin histerias me llena de orgullo", explica el músico en diálogo exclusivo con Miradas al Sur.

Uno de los objetivos del Plan Nacional Igualdad Cultural es romper con la lógica de shows multitudinarios y aislados. Para lograrlo, se generan una serie de espacios de intercambio y estímulo para el desarrollo de bienes culturales en todo el país. Eso fue lo que entusiasmó a Santaolalla. El músico primero tocó en el galpón del Mundo Joven, de Tecnópolis, y luego hizo una entrevista pública. Después se presentó en Palpalá (Jujuy) y en San Juan, donde se generaron ámbitos de amplia interacción musical y de experiencias con jóvenes músicos locales. Los eventos fueron retransmitidos en formato de videoconferencia generando un efecto multiplicador. Mientras se da tiempo para la gira de Bajofondo -que antes de fin de año lo llevará a Chile, Washington, Los Ángeles, Miami y Nueva York-, en diciembre podrían confirmarse nuevas participaciones de Santaolalla en el marco del Plan Nacional Igualdad Cultural.

- ¿Cómo surgió la idea de sumarse al Plan Nacional Igualdad Cultural?

- Todo empezó con un evento que se hizo en Misiones y se llamó Iguazú en Concierto, del cual este año fui padrino. Allí se convocan orquestas juveniles e infantiles de música clásica de todo el mundo y también hubo música étnica. Por ejemplo, este año participó un grupo de Trinidad y Tobago, había una orquesta de música china: de todo. Imaginemos, esta edición convocó a 750 chicos de todo el mundo que convivieron durante una semana, hicieron sus respectivos repertorios y un día tocaron juntos. Para publicitar este evento, un mes antes se hizo en Posadas una conferencia de prensa. Allí di una charla, toqué unos temas con la guitarra, después tocó una orquesta armada con chicos de Misiones, Uruguay y Paraguay, y finalmente me subí al escenario otra vez e hicimos algo todos juntos. Esa presentación se trasmitió por el Plan Nacional de Igualdad Cultural, por eso la pudieron ver en vivo y participar en Palpalá (Jujuy) y en Piedrabuena (Santa Cruz). De ahí surgió un poco el hecho de hacer estos tres conciertos porque el entusiasmo de la gente fue muy potente y notamos que eran experiencias muy enriquecedoras.

- ¿Tocar, hablar y conectar con distintos puntos del país es lo que hace la diferencia?

- El formato realmente tuvo una recepción increíble por parte de la gente. Pude comunicarme con muchos chicos de diversos orígenes. Muchos apasionados por la música clásica, otros por el rock… Todos con muchas ganas de aprender y crecer. Ahí uno se da cuenta del impacto de estos encuentros.

- ¿La idea es repetir estas experiencias?

- Sí. Quedé muy entusiasmado. Ya estamos tratando de congeniar tiempos para repetirla. Lo interesante de este plan es la posibilidad de estar conectados, mediante equipamiento de primer nivel, y llevar cultura a gente que no tiene posibilidad de acceso a una experiencia artística. Eso es invaluable. Ojalá también sea inspirador. Porque el arte hace mejor la vida de los pueblos. Me parece genial la posibilidad de interactuar y estar comunicado con esos lugares en tiempo real sin necesariamente pasar por Buenos Aires como generalmente, hasta ahora, son las actividades grandes en nuestro país.

- Nuestra cultura no es sólo lo que se ve en Buenos Aires.

- Claro. Yo siempre fui, digámoslo así, muy fan de ir a tocar mucho al interior. Desde mi época de Arco Iris hasta ahora. En este caso se agrega la experiencia y el hecho de trabajar con chicos, gente joven que tiene un nivel de dedicación y entrega a la música muy especial. A mí me gusta trasmitir mi experiencia, lo que fui aprendiendo en un recorrido que fue y espero que siga siendo muy largo. Además, también aprendo mucho de ellos. La inexperiencia de los jóvenes también nos refresca a los más grandes. Las diferencias enriquecen. De alguna manera ese es uno de los combustibles que alimentan a Bajofondo.

- Con Bajofondo está haciendo una gira internacional muy importante.

- Sí, y casi al mismo tiempo estamos terminando nuestro nuevo álbum. En el verano de la Argentina ya se va a poder escuchar el primer simple. El disco se va a llamar simplemente Bajofondo, al menos por ahora. Es uno de los mejores trabajos que he hecho en mucho tiempo y me tiene muy entusiasmado. Es un disco conceptual sobre el Río de la Plata. Es una historia, un viaje que te lleva. De alguna manera condensa mucho de lo que hemos vivido a lo largo de diez años con la banda. No hay invitados en el disco: sólo un refuerzo orquestal. Creo que eso tiene que ver con que estamos cada vez más comprometidos con el proyecto, con más para dar y no quedan espacios. Ahora somos cinco los que cantamos en la banda, todos aportamos ideas, colores, formas.

- ¿Bajofondo le devolvió la oportunidad de ponerle otra vez el cuerpo a su música?

- Así es. Y fue muy fuerte. Yo había dejado de tocar en escenarios por 20 años después de Arco Iris. Cuando me lancé con Bajofondo no podía creer que hubiera podido estar tanto tiempo sin eso. Recuperé los escenarios, pero también volví a ser parte de una banda, crear una música llena de identidad, que refleja de dónde vengo, quién soy. También me enorgullece haber creado un grupo binacional porque somos una banda de uruguayos y argentinos. Somos realmente rioplatenses. Ahora ingresamos en una nueva fase. Firmamos con Sony Classical, luego de tener una relación de 15 años con Universal. Estamos firmando no sólo para Latinoamérica, sino también para Estados Unidos, Alemania e Inglaterra. En un momento de tantos cambios en la industria es un buen espaldarazo para llevar nuestra música a más gente.

- Conoce buena parte del mundo. ¿Cómo ve el presente de la música argentina?

- Amo a mi país y no soy imparcial al respecto. Pero bueno, viajo mucho por todo el mundo y veo la realidad de otros lugares. Siento que la Argentina siempre ha sido un lugar enorme de creatividad en todos los aspectos y rubros artísticos. En la música encuentro hoy en día cosas diversas, excitantes, ricas. Hoy es muy amplio lo que podríamos llamar música alternativa. Ante éramos unos pocos, era más reducido el panorama, pero ahora hay hasta distintas corrientes y estilos. Con respecto a lo que es el negocio y la distribución de la música, está cambiando en el mundo y la Argentina es parte de eso. Al mismo tiempo que las compañías grandes existen para pocos (algunos todavía tenemos esa ventaja), también existen facilidades para mostrar tu música a través de otros medios que hacen que muchos artistas puedan ser reconocidos sin la necesidad de una compañía grande. Las dos cosas son válidas y las veo activas en la Argentina.

- ¿Pero las bandas nuevas no tienen todavía muchas dificultades para hacerse más conocidas y crecer?

- Sí. El tema es que la cantidad de canales de difusión ha aumentado. Pero los canales de difusión masivos siguen siendo pocos y la cantidad de artistas y de bandas es mucho mayor que otros momentos. En un mundo francamente capitalista el negocio y las radios se vuelven mucho más selectivos sobre lo que quieren pasar y lo que no. No tengo nada en contra de las industrias. De hecho, gran parte de la economía de Inglaterra está basada en la industria de la música desde hace décadas. Vivimos en una sociedad capitalista. No es el tipo de sociedad con la que yo comulgo, pero es la que nos toca vivir. Hay que tratar de entenderla y generar desarrollo e igualdad.

La máquina de producir: discos, películas y videogames

A partir de los '90, Santaolalla se transformó en uno de los productores más requeridos e influyentes de la escena de rock latinoamericana. Trabajó con Los Prisioneros, Café Tacuba, Divididos, El Peyote Asesino, Molotov, Julieta Venegas, Juanes, Jorge Dr exler, Bersuit, Fobia, Árbol, Caifanes, Maldita vecindad y Puya, entre otros. Y en muchos casos ayudó a que esas bandas y solistas a alcanzar sus cumbres creativas.

- Ya no está produciendo tanto.

- Es verdad. Fueron muchos años, muchas bandas y siento que necesito parar un poco. Ya he producido más de cien discos. Creo que ya cumplí esa etapa. Recién terminamos el disco de Café Tacuba, que se llama El objeto antes llamado disco. En estos días sale el single y en octubre seguramente el disco. Es espectacular. En realidad, ahora estoy involucrado en tres proyectos más: el nuevo disco de Orozco/ Barrientos, uno de Cristóbal Repetto y uno con Bárbara Palacios. Después voy a parar porque quiero darle más tiempo a Bajofondo y en el año también voy a editar la continuación de Ronroco, mi disco instrumental.

- ¿Y la música para películas?

- Sigo. En diciembre se estrena On The Road, dirigida por Walter Salles, basada en la legendaria novela homónima de Jack Kerouac. La película tiene un casting increíble que incluye a Garrett Hedlund, Kirsten Dunst, Viggo Mortensen, Kristen Stewart, Amy Adams. Después, estoy cerrando una película francesa, otra inglesa y una de animación norteamericana, pero todavía no puedo dar los nombres. Estoy terminando la música para un videogame de Sony Play Station que saldrá el año que viene. Se llama The Last of Us. Es otro desafío para mí. Y mientras tanto preparo un musical basado en la música de Bajofondo y sigo con mis otros emprendimientos, como la producción de vino y cerveza.