20-04-2024
"La impostura y la obsesi贸n" por Ricardo Forster (*)

"El consenso que las nuevas derechas buscan imponer republicanamente expulsa cualquier otra historia o sujeto pol铆tico otro, con respecto a una 煤nica l贸gica democr谩tica, l贸gica que hoy se ofrece como reaseguro de un mundo sitiado por demasiados 'extranjeros' o deportados de ese propio mundo de 'calidad institucional' guardada en un country. El modelo de la rep煤blica liberal tardomoderna permite entonces excluir, ilegitimar, destituir (odiar sin culpa, odiar con o sin conciencia, odiar desde una 'neoinocencia' pol铆tica) lo que deber铆a ser admitido en cambio como un enfrentamiento de intereses nacionales y de clases en un escenario hist贸rico de permanentes litigios sociales". Nicol谩s Casullo, "Las cuestiones".

Todos los ca帽ones del dispositivo medi谩tico est谩n dirigidos, sin medias tintas, a horadar no s贸lo y exclusivamente al gobierno nacional, a debilitar sus pol铆ticas, a describir un escenario de cat谩strofe que siempre est谩 cumpli茅ndose o por cumplirse, a demostrar que el rumbo econ贸mico que sigue el pa铆s nos conduce directamente al precipicio mientras avanza la impunidad delincuencial asociada a una justicia inoperante que se deja seducir por el garantismo que, como es sabido, se preocupa por los criminales y no por los ciudadanos. Hay algo m谩s. El principal objetivo de algunos de sus "comunicadores" estrella es "deconstruir" (para utilizar un lenguaje m谩s acorde con los juegos semiol贸gicos de los art铆culos de Beatriz Sarlo), demoler y desbaratar (en sinton铆a con la jerga efectista de Lanata) los discursos y las intervenciones p煤blicas de Cristina Fern谩ndez. De lo que se trata es de rebajar esas intervenciones pol铆ticas de quien est谩 al frente del Gobierno y que, d铆a tras d铆a, toma decisiones significativas ante la impasibilidad de una oposici贸n reducida a comparsa de la corporaci贸n medi谩tica, a un ejercicio banal propio de un aficionado al stand up. Una ret贸rica de imitador que pone en evidencia, eso se帽ala una y otra vez Sarlo en sus columnas de La Naci贸n (v茅ase en especial la 煤ltima del lunes 13 de agosto), que la Presidenta no aspira a otra cosa que a la construcci贸n veros铆mil de una ficci贸n que poco o nada tiene que ver con la realidad pero s铆 con su abrumador "personalismo" que parece hacer girar toda la espesura del mundo alrededor de sus cuestiones privadas. Siempre se trata de la impostura que ser铆a la marca de origen de aquello que inici贸 N茅stor Kirchner y que contin煤a, con libreto mejorado, su compa帽era. Una impostura, eso dicen, que se disfraza de producir transformaciones que en realidad s贸lo existen en el relato.

La Argentina, desde esta visi贸n compartida por Sarlo y Lanata, sigue atrapada en la l贸gica del simulacro y en la persistencia de la m谩s abrumadora y humillante desigualdad. Para ellos, en definitiva, nada de lo realizado en estos a帽os constituye un cambio en un sentido popular sino un enga帽o m谩s. De la pol铆tica de derechos humanos a la recuperaci贸n de YPF, de la reconstrucci贸n del trabajo a la reestatizaci贸n del sistema jubilatorio, del desendeudamiento a la formulaci贸n de una pol铆tica latinoamericana de matriz emancipadora, de la ampliaci贸n de derechos sociales a la asignaci贸n universal, de la defensa del salario y del mercado interno a la ley de medios, nada real ha sucedido en el pa铆s, apenas el gesto virtuoso de quien domina con maestr铆a el arte de la simulaci贸n y la ret贸rica ficcional.

Escriben y hablan, piensan y act煤an, ironizan y trivializan, movilizando la espesa trama de prejuicios, banalidades, cuentapropismos morales, ombliguismos varios y sentido com煤n obnubilado propio de amplios sectores medios urbanos (particularmente afincados en las grandes ciudades) que suelen analizar la realidad desde esos esquemas construidos alrededor de frases ruidosas e impactantes, conceptualizaciones simplificadas al extremo, ret贸rica que bordea lo soez, individualismo autorreferencial, y profundo y significativo rechazo de la pol铆tica. La reaparici贸n de lo popular democr谩tico los espanta y en sus afiebrados cerebros los fantasmas del populismo se afincan provoc谩ndoles un pavor at谩vico. La figura de Cristina, su indudable capacidad para abrirse un lugar en el sentimiento de los m谩s humildes, su coraje para enfrentar a los poderes corporativos y por afianzar una pol铆tica a contramano de las hegemon铆as del capitalismo neoliberal, se les ha convertido en una obsesi贸n a la que buscan destruir de cualquier manera. Saben que ah铆 se encuentra el blanco fundamental. Y contra 茅l disparan su artiller铆a medi谩tica. Se combinan bien: una escribe utilizando los sofisticados instrumentos de la cr铆tica del discurso y del an谩lisis de las est茅ticas contempor谩neas; el otro movilizando todos los recursos del efectismo televisivo y de las ret贸ricas del golpe bajo con una buena dosis de gestualidad cool y posmoderna destinada a impactar en un target joven y urbano. 驴Se preguntar谩 Sarlo por qu茅 los lectores de La Naci贸n festejan y se sienten tan identificados con sus art铆culos obsesionados por la figura de Cristina? 驴Y que los due帽os del principal diario de la derecha argentina la tengan como una de sus columnistas estrella no le hace el m铆nimo ruido cuando revisa su historia? 驴Todo da lo mismo? 驴Encontrar谩 Lanata el hilo secreto que le permite ser el fundador de P谩gina 12 y actual periodista todoterreno del Grupo Clar铆n? 驴Qu茅 continuidades existen entre cierto "progresismo" que prolifer贸 en la d茅cada del '90 al calor de la desideologizaci贸n y las ret贸ricas sarliana y lanatista?

Nunca, en estos comentadores que despliegan su tarea de "demolici贸n" desde los grandes medios de comunicaci贸n sin siquiera interrogarse por el famoso "lugar de enunciaci贸n", aparece una reflexi贸n cr铆tica respecto de los intereses de aquellos que atacan sin contemplaciones al gobierno nacional. Nunca emergen los rostros del poder econ贸mico, nunca despliegan una contextualizaci贸n hist贸rica ni se preocupan por pensar la disputa en el interior de la sociedad. No existe, para ellos, crisis econ贸mica mundial, concentraci贸n de la riqueza, neoliberalismo, impunidad de un capitalismo afincado en la acumulaci贸n financiera, intentos sistem谩ticos de debilitar a los gobiernos populares de Sudam茅rica, conjuras restauracionistas de una derecha que siempre est谩 a la espera de su oportunidad para recuperar las riendas del poder pol铆tico, golpes de mercado, corporaciones medi谩ticas, acciones destituyentes que utilizan recursos constitucionales (驴les dice algo los nombres de Honduras y Paraguay?), impunidad para los genocidas y manipulaci贸n de la historia bajo las premisas de la reconciliaci贸n y el olvido. 驴No resulta extra帽o que haya desaparecido de su vocabulario cualquier referencia a la derecha, al poder corporativo e, incluso, al neoliberalismo? Los actuales "progresistas" prefieren desviar su atenci贸n hacia los semblantes, las est茅ticas, el estilo discursivo de Cristina, los simulacros, las "carencias republicanas", el "hegemonismo autoritario" expresado en el uso de la cadena nacional, la supuesta falta de "calidad institucional" y el infaltable latiguillo de la "corrupci贸n". Lo dem谩s es silencio.

Un profundo obst谩culo epistemol贸gico (para utilizar la certera categor铆a inventada por Gast贸n Bachelard) les impide comprender la novedad que viene aconteciendo en esta regi贸n del mundo. El obst谩culo, en ellos, se corresponde con su elecci贸n pol铆tica y su identificaci贸n con el poder econ贸mico-medi谩tico. Por eso le han declarado la guerra (munidos de una impiadosa munici贸n discursiva) al kirchnerismo bajo la modalidad de disparar, casi siempre, hacia la figura presidencial. Lo llamativo es que siguen insistiendo con aquello de que es el propio kirchnerismo el que ha transformado el escenario argentino en una guerra sin cuartel mientras se dedican, sin sonrojarse, a alimentar el odio de ciertos sectores de las clases medias.

Sarlo y Lanata escriben y hablan desde una abstracci贸n medi谩tica; siguen, con absoluta consecuencia, por los andariveles de la espectacularizaci贸n discursiva tan af铆n a la 茅poca dominada por el esteticismo, el golpe de efecto, la ficcionalizaci贸n y la reducci贸n de lo real a pura virtualidad. Les encanta moverse (no s贸lo a Lanata) por los escenarios que conducen hacia las candilejas de las celebridades. Y para eso, para adecuarse a las exigencias de la sociedad del espect谩culo, diluyen el espesor de la realidad, la compleja trama en la que se expresan los distintos intereses sociales, pol铆ticos, econ贸micos e ideol贸gicos, a discursividades vac铆as y de r谩pida digesti贸n intelectual. En el mundo en el que se mueven todo es impostura que se adapta, sin inconvenientes, al gui贸n de turno, ese que requiere cada stand up del capoc贸mico del periodismo, y que tiene como principal objetivo, como n煤cleo estrat茅gico de la oposici贸n "real", reducir a risa y a sarcasmo aquello identificable con el kirchnerismo. El odio violento, el prejuicio salvaje se disfraza de ejercicio grotesco y de imaginativa comicidad.

Horadar, da帽ar, esmerilar, vaciar de contenido, despolitizar, son algunas de las intenciones de estas "cr铆ticas" que siempre giran alrededor de los discursos de Cristina. Sarlo y Lanata, como ejemplares representantes de cierta clase media aficionada a leer La Naci贸n y a regodearse con el stand up dominguero, dejan que su imaginaci贸n se impregne de la totalidad del prejuicio que enfervoriza el reaccionarismo contempor谩neo y que asume, como dec铆a Nicol谩s Casullo, la forma del cualunquismo antipol铆tico. En el fondo no han salido de la d茅cada del '90. Su visi贸n del mundo sigue respondiendo a la matriz hegem贸nica de una 茅poca que vino, cual nuevo evangelio, a anunciar el fin de la historia y la muerte de las ideolog铆as. Nada quedaba del espesor de una realidad convertida, por arte y magia de los lenguajes audiovisuales, en una pugna de im谩genes y relatos virtuales responsables por el desvanecimiento de la materialidad hist贸rico-social. Era, y para ellos sigue siendo, el tiempo de la ficci贸n y de lo que Beatriz Sarlo llam贸 "celebrityland". Nada de conflicto real, nada de disputa de poder ni de politizaci贸n, nada de contradicciones sociales ni econ贸micas, fin de toda forma localizable de dominaci贸n, evaporaci贸n de la l贸gica capitalista transformada, ahora, en globalizaci贸n sin contenidos.

Por eso no pueden interpretar los discursos de Cristina sin recurrir, una y otra vez, al paradigma baudrillardiano de "la realidad virtual" que le permiti贸 al fil贸sofo franc茅s reducir la primera Guerra del Golfo a un videogame. Capturados por la ideolog铆a noventista, fascinados por los lenguajes medi谩ticos y atrincherados en su fobia ante la amenaza del "retorno" del conflicto propio del genuino lenguaje pol铆tico-democr谩tico, ese que recupera la dimensi贸n material de los asuntos humanos, no pueden sino reducir la disputa que puso en evidencia el kirchnerismo a un mero asunto de ficciones en pugna.

Y en esa disputa de relatos artificiales tampoco aparece, en Sarlo y Lanata, la descripci贸n cr铆tica del "otro relato", de ese contra el que ejerce su batalla "茅pica" Cristina. Nada de interrogarse, aunque sea de pasada, por los espectros corporativos a los que hace referencia el kirchnerismo. Detr谩s de bambalinas no hay nada. No hay concentraci贸n de la riqueza, no hay manipulaci贸n medi谩tica, no hay derecha ni pol铆ticas neoliberales dispuestas a regresar a escena, no tienen ideolog铆a ni intereses La Naci贸n y el Grupo Clar铆n, nada significan los procesos populares que se vienen desarrollando en Am茅rica latina ni tampoco hay lugar para detenerse a pensar qu茅 significaci贸n tiene la crisis del capitalismo central ni, claro, establecer algunas relaciones entre lo que sucedi贸 entre nosotros en los '90 y el salvajismo de las pol铆ticas de ajuste que se vienen llevando adelante en la Europa mediterr谩nea. Como ya no hay historia ni realidad, como de lo 煤nico que se trata es de la virtualidad y de sus evanescencias ling眉铆sticas, no es necesario regresar sobre anacronismos insustanciales que, en verdad, s贸lo nos conducen hacia un pasado convertido en pieza de museo. Ellos son hipermodernos, sofisticados cultores de las nuevas tecnolog铆as de la comunicaci贸n y estetas del m谩s all谩 de la pol铆tica y de las ideolog铆as. Cruzados, aunque la palabra los horroriza, contra el "retorno", as铆 lo sienten, del populismo profusamente representado por la impostura de las imposturas: el kirchnerismo.

(*) Fil贸sofo, miembro de Carta Abierta
Columna de opini贸n escrita pta revista Veintitres del fin de semana del viernes 17 de agosto 2012