Durante los primeros movimientos, el combinado liderado por Eduardo Domínguez intentó imponer condiciones con la pelota parada. La vía aérea que amenazaba al área de Gimnasia fue un recurso constante del dueño de casa para lastimar al rival de toda la vida. Y el Lobo, que afrontó el compromiso con Fernando Zaniratto en reemplazo de Alejandro Orfila, quien se vio obligado a dejar su cargo en la previa del derby.

Un envío de Edwin Cetré que rebotó contra el poste izquierdo de Nelson Insfrán y un centro de Mikel Amondarain que Guido Carrillo resolvió con un taco a los guantes del arquero tripero fueron otros argumentos que expusieron la superioridad del León.

Además, la pelota parada a cargo de Tiago Palacios también paralizó los corazones triperos; dado que el volante buscó en más de una ocasión el ángulo más lejano por encima de la barrera, pero la fortuna no estaba de su lado.

Unos instantes antes de que los protagonistas se fueran al descanso, Román Gómez interpretó una proyección incisiva que terminó con un preciso centro a la cabeza de Santiago Ascacibar. Con la jerarquía que lo caracteriza, el volante con pasado en la Bundesliga se la bajó a Edwin Cetré y el colombiano impuso la Máxima que asegura que dos cabezazos dentro del área terminan en gol. En el Jorge Luis Hirschi había fiesta con aroma a café.

Cuando se reanudó el espectáculo Estudiantes tuvo el segundo en los pies de Guido Carrillo. Tras una notable maniobra individual de Cristian Medina, el ex Mónaco tuvo todo el arco a su merced para extender la diferencia, pero la sacrificada recuperación de Enzo Martínez evitó el grito del Pincha. De todos modos, el goleador tuvo su revancha cuando Augusto Max le regaló la pelota en una pésima salida desde el fondo y en esa oportunidad no falló: 2 a 0 para empezar a liquidar el pleito.

Medina, una de las grandes figuras de la tarde platense, tuvo la chance para convertir el triunfo en goleada, pero el ex Boca no pudo concluir una acción inmejorable frente a un arco vacío y el lamento colectivo se reflejó en el rostro de decepción del volante.

Con los tres puntos garantizados, el León escaló a la cima de la Zona A del Torneo Clausura con 21 unidades y extendió su paternidad sobre Gimnasia con 68 victorias en el clásico, sobre las 51 del Lobo. Además, de los últimos 26 enfrentamientos, el Pincha sólo perdió en una oportunidad. Una vez más, en La Plata el orgullo se tiñó de rojo y blanco.